Comunidad de Madrid
Urbanismo «low cost» para el sureste
MADRID- En 1997, el Ayuntamiento de la capital decidió revisar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para dar vía libre a una ciudad cuya expansión avanzaba a marchas forzadas. Quince años después y tras una crisis económica que frenó de forma abrupta dicha expansión, el consistorio se enfrenta ahora a nuevas formas de urbanismo que permitan aprovechar los desarrollos planeados en la época de las vacas gordas. El objetivo es facilitar a los nuevos barrios del sureste –Los Ahijones, Los Berrocales y Valdecarros–, que avanzan a pasos muy lentos, un crecimiento más rápido. Primero se les ofreció intercambiar parcelas con El Cañaveral, que se encuentra mucho más avanzado, y ahora proponen concentrar las manzanas para que su construcción sea «low cost».
El pasado mes de agosto, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid modificaron el PGOU del 97 puesto que una sentencia del Tribunal Supremo había paralizado los desarrollos de la ciudad debido a un error en la desprotección de ciertos terrenos. Tras solucionar este problema, los PAU quedaron ya conformados para que las Juntas de Compensación continúen con sus trámites para avanzar en la urbanización. Sin embargo, desde el Área de Urbanismo creen que se puede dar un «empujón» a los desarrollos más lentos de forma que beneficie tanto a los propietarios como al consistorio. «Creemos que sería conveniente darles una vuelta para que haya menos consumo de suelo y, por lo tanto, más ahorro», explica Beatriz Lobón, coordinadora general de Urbanismo.
Calles más pequeñas
El truco para lograr esto sería «concentrar» las parcelas, es decir, en lugar de hacer grandes avenidas de seis u ocho carriles como ocurre en Sanchinarro o Las Tablas, «juntar» las manzanas en calles más pequeñas para que se construyan unas pegadas a las otras. De este modo, la Junta de Compensación tendría que invertir menos dinero en la urbanización y los propietarios tendrían más liquidez para levantar sus casas. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Madrid ahorraría en los servicios públicos puesto que habría menos espacio que cubrir. «Es una forma más sostenible de construir», añade Lobón, que recuerda que ya acordaron levantar los barrios por fases para que la construcción sea ordenada y más eficaz.
Sin embargo, puesto que está aprobado el actual planeamiento de estos barrios, aunque sólo tienen un pequeño porcentaje urbanizado, sería necesario el acuerdo del 100% de los propietarios para concentrar las parcelas. «Se trata de una propuesta que no convendrá a todos, pero estamos dispuestos a escuchar sus alternativas para poder impulsar los desarrollos», detalla la coordinadora de Urbanismo. Por ello, a partir de febrero, cuando terminen los encuentros con los ciudadanos, empresas y asociaciones que han hecho sugerencias al avance de la revisión del nuevo PGOU, mantendrán reuniones con las Asambleas de Propietarios y las Juntas de Compensación de cada uno de los PAU para encontrar una postura común para cada uno de los casos.
De momento, en Valdecarros consideraron la propuesta innecesaria, puesto que están contentos con los plazos de avance del barrio. «Nuestra previsión es continuar tal y como está actualmente, porque creemos que es un desarrollo viable, así que no tenemos previsto cambiar nada en el corto o medio plazo», explicó Mauricio Fernández, de la Junta de Compensación, que reconoce que sería posible consensuar pequeñas modificaciones para lograr pequeños ahorros en la inversión inicial en el mantenimiento, aunque en Valdecarros no considera que sea necesario. Para ellos, lo más importante es que el consistorio agilice los trámites necesarios para avanzar en cada una de las fases de urbanización y construcción.
No al efecto Sanchinarro
En cambio, en Los Ahijones creen que la propuesta municipal es lo suficientemente interesante como para sentarse y estudiarla. «Tenemos casi 6 hectáreas para urbanizar y si se concentrase la edificación, sólo se construiría en 3 de ellas. Lo que hay que estudiar es qué se haría con el terreno sobrante», señalan desde la Junta de Compensación. Una alternativa a esas hectáreas que quedarían sin desarrollar sería hacer un parque forestal, al estilo de Valdebebas, que sería fácil de mantener para el Ayuntamiento y que tendría aprovechamientos lúdicos y deportivos para los vecinos del nuevo barrio. «Los Ahijones ya está concebido como un barrio de paseo, con bajos comerciales en todos los edificios y la concentración permitiría intensificar esa forma de hacer ciudad», cuentan. De este modo se evitaría el llamado «efecto Sanchinarro», manzanas separadas por calles inmensas en las que no hay vida de barrio.
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