Región de Murcia

«Hay que explicar en los colegios nuestras tradiciones»

Laura Navarro, de la Peña El Pimiento cumplirá 20 años el día del Entierro de la Sardina. Estudia Educación Infantil. Ama las tradiciones de la huerta y a su novio que le anima a disfrutar del reinado.

«Hay que explicar en los colegios nuestras tradiciones»
«Hay que explicar en los colegios nuestras tradiciones»larazon

Laura Navarro, de la Peña El Pimiento cumplirá 20 años el día del Entierro de la Sardina. Estudia Educación Infantil. Ama las tradiciones de la huerta y a su novio que le anima a disfrutar del reinado.

Dedicar una semana a las tradiciones murcianas en los colegios es uno de los deseos de la Reina de la Huerta 2018. Laura Navarro, estudiante de Educación Infantil, considera que todos los niños y niñas deberían conocer la historia y la cultura huertana desde muy pequeños. «Es en los primeros años de vida cuando se interiorizan mejor las enseñanzas, por eso quiero dedicarme profesionalmente a ello y me encantaría que se estableciera una actividad docente para transmitir las costumbres de nuestra tierra, para que los más pequeños sepan cuáles son sus orígenes». Su idea para los centros de enseñanza no solo se circunscribe a una actividad concreta. «Sería fantástico que en la asignatura de Educación Física se dedicara unas horas a enseñar a bailar la jota murciana y el resto de bailes tradicionales».

Desde los cuatro años, Laura Navarro forma parte de la Peña El Pimiento donde comparte todas las actividades que se organizan. «Me gusta ayudar en la barraca, bailar, cantar, viajar, relacionarme con la gente», pero lo que más le gusta es contemplar a la gente participar en las Fiestas de Primavera. «Me emociona ver a los murcianos en la calle y me gustaría que la mayor parte de ellos vistieran de forma tradicional, porque nuestro traje es precioso, y nos hace únicos. Debemos mantener nuestras tradiciones y eso está en nuestra mano, tanto en las mujeres como en los hombres». La nueva Reina de la Huerta recuerda que hace unos años todos vestían correctamente y poco a poco se ha ido relajando la forma de vestir, por eso considera que «es necesario hacerlo bien. Mantener nuestras tradiciones, aquello que nos hace únicos, solo depende de nosotros».

Su sueño de alcanzar la corona de azahar se cumplió la madrugada del domingo cuando el alcalde, José Ballesta, leyó su nombre ante el pórtico de la Catedral. «Fue impresionante. No me lo podía creer y me emocioné muchísimo. Todavía lo estoy asimilando, porque para mí es una gran responsabilidad representar a Murcia allí donde vaya».

Enamorada de las Fiestas de Primavera, Laura Navarro, se pirra por el zaragollo, plato que le gusta preparar junto a su madre, pero también le encanta hacer tortilla de patata y alguna vez, incluso se atreve con el paparajote. Entre sus aficiones, además de estar en la Peña, le gusta leer, viajar, escuchar música, sobre todo a Pablo Alborán cuando canta «Solamente tú», y compartir momentos con su novio, con el que lleva saliendo «mucho tiempo». «Él no está en ninguna peña, pero me apoya en todo y está súper orgulloso de que haya podido cumplir mi sueño».

Para Laura poder vivir las fiestas desde dentro, participar en actos en los que nunca había estado antes y representar a Murcia durante un año es «una de las cosas más importantes que me ha pasado nunca, por eso animo a todas las chicas a que se presenten en los próximos años. No hay que tener miedo. Se puede conseguir. Solo hay que ser una misma y apartar los nervios. Las sensaciones y las experiencias vividas merecen la pena».

Aunque cada uno de los pequeños detalles de las Fiestas de Primavera son importantes para la nueva Reina, el Bando y especialmente, la Batalla de Flores, es lo que considera más emocionante. Por eso invita a todos los murcianos y a los que vienen de fuera a visitar Murcia «en estos maravillosos días de fiesta», aunque reconoce que «venir a la Región siempre es aconsejable porque todo lo que hay aquí es muy bonito».

En plenas fiestas, precisamente el día del Entierro de la Sardina, cumplirá 20 años. Jamás podrá olvidar el día en que llegó a su segunda década.