Historia

Sevilla

Ay, aquella ventana

La Razón
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Ay esos primeros avisos, ay esos primeros olores, ay esas ventanas que se van abriendo, ay esas señales que empiezan a verse en los lugares donde el Domingo de Ramos estallarán los siete días más llenos de felicidad, que la inmensa mayoría de los sevillanos gozamos, y nunca mejor dicho, que por la gracia de Dios. A una celebración como la Semana Santa, que acumula siglos de vida en los que se han ido tejiendo a su alrededor infinitas tradiciones, que se han ido convirtiendo en leyes inamovibles, es muy difícil añadirle algo nuevo que arraigue. Pero el fino olfato de mundo cofradiero acoge aquello que suma al más grande acontecimiento del año.

Hace tres años el Consejo Superior de Cofradías y la Caja Rural del Sur llegaron a un acuerdo para presentar el cartel que proclamará por el mundo que la Semana Santa de Sevilla está a la vuelta de una calle, de una tapa de espinaca con garbanzos, de un pavía del Rinconcillo o de una torrija de la Campana, y que el descubrimiento de semejante llamada de atención tuviese la escenificación que se merece. Se ha conseguido plenamente. El sábado pasado el auditorio de la Caja Rural estaba abarrotado, al igual que otro salón que se montó con pantalla y muchísima gente de pie. Abrió el acto José Luis García Palacios, presidente de la fundación anfitriona con unas oportunas palabras en las que amonestó con delicadeza a los que, desde dentro de misma la Iglesia, no entienden ciertas formas de las hermandades. Puso un ejemplo bíblico, el escándalo que Marta y María, las hermanas de Lázaro, provocaron en algunos cuando lavaron los pies de Jesucristo con caros perfumes, y de cómo el maestro reprendió a los fariseos. La autora de la pintura, Nuria Barrera, y el presidente del Consejo procedieron a descubrir el cartel, que fue saludado con una interminable salva de aplausos. Palabras emocionadas de Nuria, de Carlos Bourrellier, y del incansable delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano. Se cerró el apasionado acto con la marcha Amargura. Ahora empezarán los juicios. Para unos será el cartel que a Sevilla le gusta y quiere, para otros, como me dijo alguien, les parecerá la barra del bar Garlochi. La guasa de esta ciudad. A otros les faltará algo de su hermandad. Esa polémica será la mejor señal, que el primer pregón que anuncia nuestra mejor semana ha cumplido su objetivo.