El mundo arde y Paco Cifuentes «Solo Tramoamarte»

«Mientras todo arde» –título de su último álbum, tras confesarse «Adicto» (a la belleza, mayormente) y viviendo «La vida aparte» en los dos anteriores–, llega «Solo Tramoamarte». Bajo el sello de la Editorial Gramática Parda, Paco Cifuentes (Sevilla, 1976) presentó en el Ateneo de Sevilla su primer poemario y hoy lleva a La Estación, 21:30 horas, el directo de un disco que le ha consagrado en el panorama y aupado como imagen de una nueva generación de cantautores (por más que su estilo guarde dentelladas rockeras y canallesca de polígonos).

Lo de la poesía y Paco Cifuentes es un romance viejo, de anotaciones en servilletas, de versos que no se hacen canción, de madrugada con vino y amigos. «Fumando a medias» fue un ciclo de canciones y poemas que organizó el músico sevillano, con varias ediciones a sus espaldas. «La poesía es una herramienta que me ayuda a multiplicar las alegrías y hace las penas más llevaderas», dice. La lírica que «salva de tanta épica».

En sus letras late Tom Waits, Sinatra, Camarón, Lole y Manuel, Leonard Cohen, Javier Cánaves, Ángel González, Szymborska, John Berger, los Beatles, Andrew Bird, Sampedro, Saramago «y la situación grotesca que vivimos». «Y las guerras». «Y las sobremesas con buena conversación». Un compendio entre «El Cabrero» y Damien Rice, acunado por Felipe Benítez Reyes, Juanjo Téllez, Joaquín Calderón, Carlos Chaouen o Javier Ruibal. En fin, buena gente. «Dios los cría y el viento los arremolina», le gusta decir. Una noche cantó con Antonio Vega. No era un hombre, «era un ángel», defiende. El 19 de febrero grabará en la Sala Galileo, que lo vio gatear con la guitarra, «Jardín en Marte», su primer álbum en directo, acompañado por «muchos grandes». Por ejemplo, «Sabina». «El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos», decía Humphrey Bogart en «Casablanca». «Mientras todo arde», Paco Cifuentes le da una calada al tiempo porque «Solo Tramoamarte».