Vivienda
Las corralas miran a la provincia
La ocupación de viviendas vacías podría extenderse en breve al entorno de lacapital, donde existen 118.000 pisos propiedad de entidades bancarias e inmobiliarias
Se han convertido en un fenómeno social y mediático, surgido a raíz de la problemática de la vivienda y la cascada de desahucios de 2012. Las corralas son la expresión sevillana de una lucha que mantienen miles de familias en toda España. Después de la ocupación de seis bloques en la capital –tan sólo uno fue desalojado–, esta peculiar forma de protesta va camino de extenderse a la provincia. Según, Juan José García, portavoz de la corrala La Utopía –la primera que se puso en marcha allá por el mes de mayo–, existen unas 118.000 viviendas vacías en la provincia, de las que el 75% son de entidades bancarias y de inmobiliarias.
«Son viviendas de nueva construcción que están vacías, la mayoría ubicadas en el área metropolitana», señala García. Por ello, el movimiento 15-M y otros colectivos afines no descartan que el fenómeno de las corralas se extienda a otros municipios de la provincia, donde «también se sufre el problema de la vivienda». García señala el caso de urbanizaciones ubicadas en las inmediaciones de Umbrete y Espartinas, que «están siendo saqueadas porque nadie vive en ellas». A su juicio, son unas 300 viviendas vacías en el entorno más cercano a la capital.
En Almonte, por ejemplo se está desarrollando una experiencia similar en varias viviendas, ocupadas por vecinos que han sido desahuciados o no pueden pagar los alquileres. «Se trata de una realidad muy extendida, y no sólo en los núcleos urbanos», puntualiza el portavoz de la corrala.
Mientras, en la capital, las cinco corralas siguen funcionando bajo la amenaza de un futuro desalojo por parte de la Policía. Las primeras familias que decidieron ocupar pisos vacíos ya se han asentado en los mismos, han amueblado las viviendas y comparten generadores de electricidad. La vida se ha normalizado, a pesar de las incomodidades y la falta de suministros tan básicos como el agua. Los que han ocupado pisos más recientemente son los que tienen más problemas. «Sufren una situación más precaria, por lo que están recibiendo donaciones de particulares», asegura García.
En cada una de las corralas se celebran asambleas semanales en las que se debate sobre la gestión de los inmuebles y se analizan las circunstancias de cada familia. «No sólo son sitios donde se vive, sino que encabezan una lucha, por lo que se diseñan acciones estratégicas encaminadas a proponer soluciones a la problemática de la vivienda».
Cuando el colectivo detecta una familia a punto de ser desahuciada o que ha perdido su vivienda recientemente, se envía a un grupo de informadores para asesorar sobre las alternativas existentes. De hecho, las propias corralas se han convertido en «espacios a donde acude la gente con problemas de vivienda. Llegamos a donde no llegan los servicios sociales», subraya García.
En cuanto a la respuesta de las administraciones, cree «muy tímidos» los pasos dados por el Gobierno central para suavizar las condiciones de los desahucios. En un plano más cercano, cree «urgente» que el Ayuntamiento permita el abastecimiento de luz y agua. «Queremos que estas familias se normalicen y que se les dé la oportunidad de pagar un alquiler social, ya que muchas están sufriendo muchas necesidades».
Apoyo de los Ecologistas
Ecologistas en Acción entregó ayer un libro de visitas encuadernado a la Corrala Utopía como regalo de Reyes en reconocimiento a su labor y deseó una «larga vida a las corralas» sevillanas.
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