Electrificación y descarbonización, bases para la sostenibilidad del futuro

No se trata solo de generación de energía limpia a partir de fuentes renovables, como el sol y el viento, sino también de la optimización en su uso. Por ello, la eficiencia energética es la otra base sobre la que se asienta el proceso de descarbonización.

Aunque no todos los sectores y actividades pueden desarrollar el proceso al mismo ritmo y con la celeridad necesaria, ello no impide que alcanzar ese horizonte descarbonizado y electrificado sea posible. El objetivo establecido por el Parlamento Europeo y el Consejo en la Directiva de Renovables, de un 32 %, es alcanzable.

Iberdrola participa en este compromiso de descarbonización de manera activa y las inversiones previstas por la compañía para los próximos años se orientan, precisamente en la consecución de ese objetivo.

La transición energética se sitúa en el centro de la estrategia de la compañía desde que hace 20 años puso en marcha sus primeros planes de desarrollo de las energías renovables que le ha llevado a ser líder mundial del sector.

Pero no solo las inversiones previstas tienen el foco en objetivo de poner la energía limpia a disposición de toda la sociedad en todas partes. También la innovación y las alianzas desarrolladas son pilares que han permitido a la compañía anticiparse en el camino de la transición energética, junto con la apuesta por un sistema eléctrico limpio y fiable, la optimización de la cartera y la maximización de la eficiencia.

En definitiva, es el fin del modelo de negocio diseñado contempla más energías renovables, más redes, más almacenamiento y más soluciones inteligentes para cumplir las necesidades de los clientes.