Coronavirus

Joaquín Ariza, el vecino que inspiró la «resistencia» de Núñez de Balboa

La imagen de este hombre con los brazos en alto, mientras era interrogado por dos policías el pasado domingo, calentó los ánimos en el distrito de Salamanca. Ahora no falla a las protestas de las 21:00 horas

Ocurrió el pasado domingo en torno a las 20:00 horas. Joaquín Ariza, vecino de la madrileña zona de Núñez de Balboa, en el distrito de Salamanca, había bajado a la farmacia. «Salí a comprar unas vitaminas. Cuando volvía, me encontré a decenas de policías. Pensé que había habido un robo», relata Joaquín a LA RAZÓN. Dos agente le pararon y se dirigieron a él. «Entonces puse las manos en alto. Teniendo en cuenta la situación de alerta no quería que nadie me tocara. Me pidieron mi carné de identidad, me identificaron y me leyeron un artículo, no recuerdo cuál... Para mí fue traumático: ni siquiera he tenido nunca una multa de tráfico», añade.

Él no lo había buscado, ni siquiera sabía lo que entonces ocurría en su calle, pero la imagen de Joaquin, prejubilado de 59 años, ex profesional de la banca, con su gorra, su mascarilla y los brazos en alto frente a una pareja de policías, fue la que más llamó la atención dentro de una serie de vídeos que no tardaron en viralizarse por redes sociales. La «resistencia» había nacido en el barrio de Salamanca: los vecinos, Joaquín entre ellos, se echaron a la calle para pedir la dimisión del Gobierno de Pedro Sánchez. Ayer se produjo una nueva cacerolada por quinta jornada consecutiva.

Joaquín, en el momento del vídeo en el que fue parado por dos agentes el pasado domingo
Joaquín, en el momento del vídeo en el que fue parado por dos agentes el pasado domingoLa RazónLa Razón

Presencia policial

La espita del descontento estuvo precisamente en lo que le ocurrió a Joaquín: una presencia por parte de la Policía Nacional que los vecinos consideraron desmedida. Al parecer, todo se debió a una fiesta improvisada en un domicilio de la calle Núñez de Balboa, con la música a todo volumen, y en la que, por supuesto, se incumplían las medidas de seguridad decretadas. La actuación policial se saldó con 13 personas identificadas. Sin embargo, lo que no le cuadraba a Joaquín y a sus vecinos fue el hecho de que «aquello estuviera infestado de agentes cuando, yo por lo menos, no oía ninguna música procedente de ninguna terraza. Eran entre 30 y 40 policías y unas tres furgonetas concentradas en una manzana de apenas 10 metros». Algo excesivo para un barrio «que es de gente mayor y pacífica. No son narcotraficantes ni de la kale borroka», ironiza. Así, se fue «calentando el ambiente» y surgió «de forma espontánea» la protesta.

Joaquìn aclara que recibió un trato correcto por parte de los agentes que lo pararon en plena calle. «No fue nada violento. Pero lo que no me gustó fue la sensación que tuve de ser identificado por la Policía Nacional solo por pedir la dimisión del Gobierno». Y es que el movimiento de Núñez de Balboa se limita a un grupo de ciudadanos «que estamos hartos de lo que pasa a nuestro alrededor, del impresionante número de muertes, más de 27.000, y de la enorme cantidad de contagios, también en el personal sanitario». Una situación de la que hacen responsable al Gobierno formado por el PSOE y Podemos.

¿Cómo se toman el hecho de que lo consideren una rebelión «pija», de gente acomodada? «Que estas protestas hayan nacido en Núñez de Balboa es puramente circunstancial. Esto deriva exclusivamente de la concentración de policías nacionales que se produjo el pasado domingo», contesta Joaquín. «He sido trabajador por cuenta ajena y ahora soy un prejubilado. No soy ningún multimillonario ni tengo una casa con piscina; soy una persona más, que sufre también los problemas del sistema financiero. Quien se pase por allí, podrá ver de primera mano la clase de gente que se manifiesta», añade.

Distancia social

A raíz de lo ocurrido ese domingo, Joaquín no falta a la protesta, convocada diariamente a las 21:00 horas. «Estoy yendo todos los días. Estoy convocando incluso a a amigos y familiares para que se nos unan», afirma. Eso sí, es consciente de que deben organizarse. «Queremos hacer de este movimiento algo pacífico y que, en la medida de lo posible, no haya aglomeraciones». No en vano, es una de las críticas que han recibido estos días, ya que los vecinos podrían estar incumpliendo las medidas sanitarias vigentes.

Así, Joaquín cita como ejemplo una manifestación similar que se celebró esta semana en Arturo Soria. «Todos los manifestantes estaban muy separados unos de otros y alineados perfectamente... Podemos salir, manifestarnos y decir lo que no dé la gana, pero tenemos que hacerlo bien». De hecho, ya ha encargado un megáfono para poder organizar las futuras protestas de forma ordenada. Parece que habrá «resistencia» para una larga temporada.