Medio Ambiente

El Guadarrama, en alerta roja

A su paso por Móstoles, Arroyofresno y Navalcarnero caen sobre su cauce toneladas de escombros, basuras y hasta coches calcinados. Ecologistas e Hispania Nostra denuncian que es un "vertedero"

El río Guadarrama nace en la cara sur de la sierra de Guadarrama a 1.900 metros de altitud, en el Valle de la Fuenfría, Cercedilla. Recorre la Comunidad de Madrid, de norte a sur, hasta llegar a Toledo y desembocar en el río Tajo; es decir, sus cursos alto y medio discurren por la región en la que nace.

Y aunque su curso medio está protegido por el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama y que Madrid depura prácticamente el 100% de sus aguas, el río no está limpio. ¿A qué se debe? ¿Acaso a las fábricas? No. Según denuncian tanto Ecologistas en Acción como la asociación Hispania Nostra, que vela por el patrimonio cultural a lo largo de toda la geografía española, se debe a algo tan sencillo y común como la basura, en este caso, los vertidos descontrolados que caen sobre sus márgenes entre las localidades de Móstoles, Arroyofresno y Navalcarnero, especialmente. Este es el «tramo de vertedero» que las asociaciones ecologistas ha constatado como zonas de vertidos ilegales de escombros, basuras, electrodomésticos y hasta coches calcinados.

Tanto es así, que Hispania Nostra lo ha incluido en su «lista roja», en la que desde 2007 incluyen aquella parte del patrimonio cultural y natural que se encuentra en abandono y en peligro, recogiendo aquellos elementos que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

Y es que, en un recorrido por los cauces del curso medio del Guadarrama a su paso por estas tres localidades, se han localizado varias zonas en las que los vertidos ilegales de escombros y basuras, llegan en ocasiones a cubrir todo el margen y la orilla del río. En estas zonas se tiran sin control restos de obras, basuras o electrodomésticos. Pero no sólo eso, incluso vehículos llegan a ser tirados a sus orillas tras ser quemados. Toda esta basura es traída a espaldas de las autoridades locales, que pese a los controles que hacen, les resulta imposible detener toda esta actividad ilegal.

Incluso tras las tareas de limpieza

En febrero se llegaron a recoger 200.000 kilogramos de escombros y vertidos de todo tipo, unas labores que tuvieron que ser interrumpidas por el confinamiento y que se han retomado estos días. Pero los márgenes y cauces que habían sido limpiados, al poco tiempo han vuelto a llenarse de desperdicios de obra y de basura en general, incluso estando en vigencia el estado de alarma. Además, los asentamientos ilegales, próximos a su cauce, hacen que la situación sea aún peor, por la cantidad de basura y aguas no tratadas que vierten sobre el río, debido a que, al estar asentados en zonas no urbanizables, los ayuntamientos no pueden establecer un sistema de recogida de basuras. Un problema que no es nuevo, que lleva más de 20 años, según destaca Ecologistas.

Estos hechos han llevado a que Ecologistas en Acción solicitara en marzo pasado a la ministra de Transición Ecológica y a la Presidenta de la Comunidad de Madrid a que convocasen una mesa de diálogo para solucionar el lamentable estado del río, petición que reiterada tras la alerta de Hispania Nostra con su inclusión en la lista roja. Según Sole Pacho, portavoz de Ecologistas en Acción: «Es una vergüenza que llevemos tantos años viendo un espacio natural protegido, como es el Parque Regional del río Guadarrama, convertido en un auténtico vertedero. Y es lógico que ahora se haya incluido en la lista».

Fauna amenazada

Todo esto no sería más que un problema de higiene si no fuera porque estos desperdicios ponen en peligro la fauna autóctona que puebla su rivera, ya que el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y su Entorno creado 1999, acoge en sus 22.116 hectáreas de territorio protegido que abarca 19 términos municipales muchas especies. Un recorrido de unos 50 kilómetros que acoge una gran diversidad de comunidades faunísticas. Con ecosistemas de pinos, encinas, cultivos o charcas, en los que viven especies de aves como el martín pescador y alguna tan destacada como es el águila imperial, especie emblemática de la península Ibérica que se encuentra amenazada. Además, en su zona de influencia hay mamíferos como zorros, jabalíes o el lirón careto. También varias especies de pequeños roedores y animales anfibios, como el sapo corredor y el galápago europeo.