Reportaje

Moda Madrid: del taller que elabora los bombines de Sabina a la marca líder en ropa pop

Dentro o fuera de la pasarela, el arte de la costura en la capital es tradición artesanal, libertad creativa y belleza, mucha belleza

Héctor Medrano, regente de la Sombrerería centenaria Medrano. Mini y Jaime Nieto, directora creativa y CEO respectivamente y fundadores de Compañía Fantástica. Y el diseñador Juanjo Oliva.
Héctor Medrano, regente de la Sombrerería centenaria Medrano. Mini y Jaime Nieto, directora creativa y CEO respectivamente y fundadores de Compañía Fantástica. Y el diseñador Juanjo Oliva.Cristina BejaranoCipriano Pastrano

Puntadas y frunces, colores y líneas, texturas y formas, brillos y galones. Pero, también, lugares. «Cuando se presenta una colección, el espacio en el que se hace forma parte del discurso estético de la ropa», explica Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociación de Creadores de Moda de España, que continúa: «Las semanas de la moda del mundo entero están ligadas al lugar en el que se celebran, y no solo eso, sino que esas ciudades son la marca de identidad de cada país, de manera que París simboliza el chic francés o Milán el prêt-à-porter italiano, y eso es lo que le faltaba a Madrid». Al menos, hasta que hace cinco años, la capital española empezó a ocupar el lugar protagonista que le corresponde gracias a iniciativas como Madrid es Moda, que, en paralelo a la Mercedes-Benz Fashion Week, pone el foco en la proximidad, en el aquí. Pero, ¿qué es la moda madrileña?

«El olor del fieltro cuando mi padre lo planchaba, recuerdo perfectamente corretear por los pasillos llenos de cajas y ese olor». Así responde a la pregunta Héctor Medrano, porque la moda madrileña es, en primer lugar, tradición. «Este negocio fue fundado en 1832 y, desde entonces, sigue en activo», empieza narrando, y prosigue: «En el siglo XIX se hacían sobre todo modelos militares como los chacós o los bicornios y sombreros regionales, en 1920 casi toda la producción se dirigía al Clero y, por supuesto, hasta los años 90, el público era exclusivamente masculino; hoy seguimos fabricando todas estas piezas, algunas utilizando los moldes originales, pero nos hemos diversificado mucho más». A sus 28 años, este joven representa la tercera generación al frente de la Sombrerería Medrano en la calle Imperial 12, la más antigua no solo de Madrid, sino de toda España.

Héctor Medrano, actual gerente de la sombrerería más antigua de España.
Héctor Medrano, actual gerente de la sombrerería más antigua de España.Cristina BejaranoLa Razón

Héctor empezó a regentar el local familiar mientras estudiaba viticultura, ayudando a su abuelo y a su padre, y ahora es el que defiende con orgullo un oficio artesanal que ha sobrevivir a la sacudida de la pandemia. Entre los estantes de la sombrerería del siglo XXI se cuelan entre los bombines de Joaquín Sabina y los frégolis de Jesús Quintero tocados para eventos y gorras juveniles, aunque sus obras más célebres hay que buscarlas en óperas sobre los escenarios o en películas de época en la gran pantalla, pues se ha convertido en un taller de referencia dentro del mundo del espectáculo. «Mi abuelo fue el que tomó esta senda y la creación de nuestra página web en 2009 nos ha abierto las puertas al mundo», añade al respecto el sombrerero que, eso sí, sigue trabajando como le enseñaron: con las manos.

Como él, Jaime y María Nieto se lanzaron al mundo laboral con la lección aprendida de casa: «De pequeños nos inculcaron la ilusión y el esfuerzo en el trabajo y nos educaron en la libertad de elegir, lo que se ha traducido en el color y los estampados de nuestra ropa y en la forma que tenemos los dos de dirigir el proyecto a nivel empresarial y artístico», asegura ella, que prefiere que la llamen Mini. Y es que, como Madrid, su moda es también libertad, tanto a la hora de vestir, como, en el caso de estos hermanos de 43 y 44 años, a la hora de diseñar.

Los dos estudiaron Economía, pero, al acabar la carrera, decidieron embarcarse juntos en una aventura mucho más divertida: crear su propia ropa. «Arrancamos en el año 2000 con una pequeña tienda multimarca, pero pronto nos dimos cuenta de que no siempre encontrábamos lo que nos apetecía vender, así que nos pusimos a investigar y nació Compañía Fantástica; al principio todo era fácil hasta que llegó la crisis de 2008 y, entonces sí, empezamos a aprender de nuestros errores y a profesionalizarnos», reconoce Jaime, el director ejecutivo de lo que ahora es Show your Magic, un grupo sostenido por 60 personas y cuyas colecciones están en 1.200 puntos de venta de todo el mundo.

Mini y Jaime Nieto, fundadores de Compañía Fantástica y Wild Pony.
Mini y Jaime Nieto, fundadores de Compañía Fantástica y Wild Pony.Cipriano Pastrano DelgadoLa Raz—n

Así, a la vitalidad y frescura de la moda pop de Compañía Fantástica, se sumó en 2016 la elegancia y sobriedad de Wild Pony y, más recientemente, ideada durante el confinamiento y presentada este mismo verano, una línea infantil de su marca insignia. En pleno centro de Madrid, en el número 8 de la calle de Fernando VI, a escasos metros de sus oficinas y sobre las cabezas pensantes de su equipo artístico, Miguel y Mini presumen de obras en su tienda física. «Esta es tan solo una pequeña muestra, porque nosotros trabajamos principalmente sobre pedido, es decir, no producimos para vender, sino que producimos lo que ya hemos vendido, y esto nos permite ajustar al máximo la relación calidad-precio», expone la directora creativa de estas marcas elegidas habitualmente por las colaboradoras de «El Hormiguero» o de «Zapeando». Su hermano remata: «Intentamos ser honestos en todo lo que hacemos».

Por último y como no podía ser de otra forma, la moda madrileña es belleza. La belleza que irradia cada pieza, pero, especialmente, la belleza que rezuma del proceso: «La costura es trabajo personalizado, investigación, respeto a los oficios, calidad de la materia prima y cariño en la confección, la costura es identidad y experiencia, un diálogo entre quien adquiere la prenda y quien la ejecuta, la costura es una forma de hacer más profundo un gesto tan cotidiano como vestir», describe casi en un poema el diseñador madrileño Juanjo Oliva.

Juanjo Oliva, diseñador de alta costura participante en Madrid es Moda.
Juanjo Oliva, diseñador de alta costura participante en Madrid es Moda.Cristina BejaranoLa Razón

Con 50 años y a punto de inaugurar una nueva etapa profesional a caballo entre su ciudad natal y París, este autor ha pisado la pasarela con su firma hasta en 35 ediciones de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, así que sabe de lo que habla: «Nunca he trabajado en nada que no estuviera relacionado con la moda, y es algo de lo que estoy muy orgulloso, más teniendo en cuenta que mi padre era ebanista y que mi primer contacto con el diseño fue a través del cine y sus vestuarios».

Tras diplomarse en la Institución Artística de Enseñanza de Madrid y trabajar ocho años para personalidades como Sybilla, Oliva apostó por sí mismo: «Durante aquella época fui acotando el ADN de mi firma en torno a la que ha ido creciendo una pequeña familia», dice refiriéndose a su tienda-taller de la calle José Marañón 4, punto desde el moldea los vestidos de novia del futuro en una conversación fluida con sus clientas y desde el que cree en una moda atemporal y local, en una moda con tradición, libertad y belleza.

Una apuesta decidida del Ayuntamiento
«Siempre hemos contado con la colaboración del Ayuntamiento, pero, a partir de la pandemia, sentimos un apoyo muy decidido, con ayudas directas, con cesión de espacios, con facilidades de gestión...porque ellos creen como nosotros en la potencia de la unión moda-ciudad». Así de contundente lo afirma Pepa Bueno, quien lidera la organización de Madrid es Moda, lo que ella misma explica como «un acercamiento de la moda de autor al público final, presentando las colecciones que se están vendiendo en ese momento y poniendo en valor la enorme riqueza arquitectónica y paisajística de Madrid al llevar los desfiles a distintos emplazamientos de la capital».