El Ayuntamiento de la capital empieza el curso con nueva Ordenanza de Movilidad. Es uno de los retos que el Gobierno de coalición de PP y Cs tenía por delante para esta segunda mitad de legislatura, que la portavoz municipal repasa junto a LA RAZÓN.
–Hay una parte de sus votantes que cree que han incumplido su promesa con Madrid Central ¿Cómo se lo explica?
–Hemos aprobado una ordenanza de forma diferente a cómo se aprobó la anterior: con un diálogo con todas las entidades, con los comerciantes... Hemos compatibilizado la sostenibilidad ambiental con la económica. También hay que señalar una novedad con respecto a 2019: la Ley del Cambio Climático, aprobada este año. Esa ley nos obliga a tener una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Cuando nos presentamos a las elecciones, no podíamos saber que se aprobaría esa Ley. Estamos en una coalición: y cuando no tienes una mayoría plena, no puedes aplicar tu programa al cien por cien. Pero es una ley buena para la calidad del aire.
–Cuando insisten en que se ven obligados por la ley estatal parece como si el Ayuntamiento no acabara de creerse que el cierre al tráfico es positivo...
–Las restricciones en Madrid no las inventó Carmena. Las Áreas de Prioridad Residencial las creó Alberto Ruiz-Gallardón en el Barrio de las Letras, en la zona de Ópera... Hay zonas de los cascos históricos de las grandes ciudades que están protegidas al trafico intenso. Es necesario que se den ese tipo de restricciones. Nosotros planteamos que había que dar alternativas. Por ejemplo, la doble línea cero que hemos instalado en el distrito Centro.
–Vox amenazó al PP diciendo que «se verían en las elecciones». ¿Está rota la relación?
–Esperamos que las cosas se puedan reconducir. Es cierto que Vox ha planteado una posición distinta. Pero sigue siendo nuestro socio de investidura, estamos cumpliendo con ellos.
–Es posible que, con vistas a las elecciones de 2023, necesiten su apoyo. ¿Y si les pidieran derogar la actual normativa?
–Ante eso, les preguntaría si piensan llamarnos a una insumisión a la ley. Serán ellos los que tendrán que explicar de qué manera cumplimos la ley, cuando ésta te obliga a generar esas zonas de bajas emisiones. En política, dos años son un mundo, y lo hemos visto desde 2019. Afrontamos ese período electoral con el ímpetu y las ganas de conseguir una mayoría suficiente para no necesitar apoyos.
–De no contar con el apoyo de Vox para los próximos presupuestos, ¿se sentarían con los cuatro ex concejales de Carmena para negociarlos?
–Siempre hemos hablado con todos los grupos para conseguir el mayor apoyo posible en los presupuestos. Uno de los hitos históricos de este mandato fueron los Acuerdos de la Villa, con los que dimos ejemplo a toda España: llegamos a acuerdos por encima de posturas ideológicas. Nuestro socio de investidura es Vox y con ellos aprobamos los presupuestos anteriores. Y nos vamos a sentar con ellos cuando los presupuestos estén elaborados. Y nuestra idea es aprobarlos con ellos. No sé cuál será su pretensión, pero en Madrid se han bajado más de 200 millones de euros en impuestos. En ese ámbito, nuestro socio natural tiene que ser Vox. Y dudo mucho que los concejales de la izquierda pacten con nosotros unas cuentas dinamizadoras de la ciudad, con unos servicios públicos de calidad pero pidiéndole a los madrileños el menor esfuerzo posible.
–La ordenanza entra en vigor el miércoles. No se podrá multar a través de las cámaras hasta dentro de dos meses, pero sí lo podrá hacer la Policía Municipal. ¿Su presencia en zonas como Centro o Plaza Elíptica va a ser mayor?
–La instalación de las cámaras nos permite no tener una presencia policial tan masiva. La Policía tiene competencias en Movilidad, pero nuestra preocupación es que se centre en el ámbito de la seguridad. En lo relativo a Centro, son los agentes de Movilidad los que están presentes en la almendra central y así va a seguir siendo. Pero el sistema de cámaras es el que tiene que hacer funcionar las cosas. Los ciudadanos están concienciados. Ni siquiera en estos últimos meses, tras la anulación de Madrid Central por parte del Supremo, se han incrementado las entradas en ese perímetro.
–¿Las nuevas limitaciones de velocidad van a suponer la implantación de nuevos radares?
–En un breve plazo de tiempo aprobaremos el nuevo Plan de Seguridad Vial. Ese plan sí incluye la instalación de nuevo radares en puntos en los que se producen atropellos y accidentes de moto. Estamos preocupados. Hace dos días, se produjo un atropello de una mujer, a la que se llevó por delante un vehículo. Hay ciertos puntos en los que tenemos que actuar, limitando la velocidad o señalizando mejor.
–¿Reconocen que hay barrios en los que existe un problema con las terrazas?
–Hay zonas en las que estamos teniendo quejas vecinales y estamos preocupados. Como Gobierno municipal entendimos que la pandemia había castigado a toda la ciudad, pero de una manera muy directa a la hostelería. Teníamos que ayudarles de forma muy directa. Una vez que se recupere la situación de normalidad, habrá que valorar las distintas circunstancias. En estos momentos estamos tratando de equilibrar dos intereses que no siempre son sencillos: el descanso vecinal, que va a ser siempre prioritario, y la actividad económica y el empleo. Hay zonas de Madrid en las que no es sostenible la situación actual. Estamos trabajando en una ordenanza de terrazas y ahí estableceremos cuál es el cauce y cómo lo vamos a regular. Es verdad que, ahora, los aforos se van a incrementar, pero la situación no ha vuelto a la normalidad: las barras no se pueden utilizar, el aforo interior sigue estando limitado... Lo previsible es que, en los próximos meses, las vacunaciones sigan su curso y se vuelva a la normalidad.
–Si por determinadas asociaciones vecinales fuera, las terrazas se eliminarían. ¿Cómo armonizar dos posturas tan enfrentadas?
–El diálogo es total y absoluto por parte de los concejales de los distritos y los vocales vecinos. Y conocemos perfectamente la situación de las zonas. Es verdad que hay asociaciones y entidades del entorno de la izquierda que, si fuera por ellos, se cerraría la actividad económica al completo. Están en el “no a todo” y no permiten ningún tipo de progreso. Es una parte de la izquierda a la que no le gusta ver cómo Madrid crece y es dinámica.
–Hay un aumento en el número de botellones. ¿Tienen en mente algún plan de refuerzo?
–Vamos a mantener los 200 agentes de refuerzo durante todos los fines de semana, viernes y sábados de tarde-noche, además de los turnos ordinarios. Es verdad que, ahora, los horarios del ocio nocturno vuelven a cambiar. Pero no necesariamente se tienen que dar mayores problemas con el botellón; quizá menos, precisamente por la apertura del ocio nocturno. En septiembre hemos notado un incremento en los puntos de botellón. Con ese refuerzo, hemos conseguido resolver esas situaciones. También en días laborables: vecinos del Centro denunciaban que esos encuentros se producían los lunes, martes y miércoles en plazas céntricas. Ahora bien, lo digo siempre: necesitamos más policías en Madrid, que el Gobierno de España nos deje contratar más agentes. No podemos seguir con una plantilla escasa y mermada que lleva miles de horas extraordinarias en pandemia. A lo largo del año vamos a pagar 65 millones de euros entre productividad y horas extraordinarias. Llegamos a tener una plantilla de más de 7.000 agentes; ahora son 5.600. No es sostenible en el tiempo. Pero el Gobierno sigue sin permitirnos ampliar esa plantilla.
–¿Cuál es su postura en el debate en torno al PP de Madrid?
–Quedan muchos meses. La dirección nacional ha marcado una serie de plazos y todos los afiliados del PP vamos a poder opinar en ese Congreso. Poco más se puede decir.
–En las elecciones del 4 de mayo, las listas del PP incluyeron a varios miembros de Ciudadanos. ¿Es un modelo exportable a la capital?
–Estamos trabajando de una forma muy positiva con Cs. La Junta de Gobierno es una piña. Hay gente muy válida, tanto en el PP como en esos miembros de Cs. Nos presentaremos con una lista ganadora, con el apoyo suficiente de la mayoría de los madrileños para garantizar la libertad y la aplicación de nuestros postulados. Tenemos lanzados todos los grandes proyectos a los que nos comprometimos: el Nudo Norte, la cubrición del Calderón...; las obras en Alcalá, Ortega Gasset y Felipe II; 1.800 calles asfaltadas a lo largo de dos años; 400 aceras arregladas; el mayor cambio de infraestructuras de la historia de la Policía Municipal; un refuerzo del 30% del personal de servicios sociales... Es un balance de gestión muy potente.