Pandemia
El rastro del covid por los pueblos «fantasma» de Madrid
Somosierra y Robregordo son los dos municipios de la región que menos casos han tenido durante la pandemia. Expertas en Vigilancia y Seguridad Pública analizan para LA RAZÓN los factores que han influido en ello
Cerramos semana y con ella, más de mes y medio con la incidencia acumulada en la región por debajo de los mil casos. Una tendencia en constante descenso, con un ritmo de bajada muy importante, de un 30% semanal. Pero no siempre ha sido así. Y es que la región ha alcanzado cifras de contagios muy altas. Desde que arrancó la pandemia hace ya casi dos años, en marzo de 2020, la Comunidad de Madrid ha sufrido seis olas con sus consecuentes subidas y bajadas en función de la incidencia acumulada. Desde entonces, casi un millón y medio de personas han estado contagiadas por coronavirus de los 6.779.888 habitantes que tiene la región, lo que supone un promedio del 21,5%. De los 179 municipios con los que cuenta la Comunidad, sólo en Madrid capital la cifra alcanza los 725.359, según los datos de la Consejería de Sanidad. 22 de ellos, tienen menos de 50.000 habitantes y en ellos se alcanzó la cifra de 535.183 de casos, mientras que en los 28 que cuentan con más de 10.000 habitantes, sin llegar a superar los 50.000, sólo sumaron 125.487 contagios.
Los 128 municipios restantes, son los más pequeños y que podemos agrupar en dos categorías: por un lado, 30 de ellos, que cuentan con menos de 10.000 habitantes pero más de 5.000 y 98 por debajo de esta cifra. En ellos se alcanzaron los 50.059 y 32.869 casos, respectivamente. Para conocer la incidencia acumulada en cada uno de ellos, es tan sencillo como dividir estos datos entre la población con la que cuentan.
La dificultad estriba en que no se debe interpretar este indicador. Efectivamente, ha habido menos casos en estos municipios, pero también había menos personas, con lo cual ese denominador en poblaciones pequeñas, las variaciones en ese nominador –por pequeñas que sean- hacen variar mucho el resultado final sin que tenga una trascendencia epidemiológica muy grande. Y es que tanto su población como la ubicación de ellos ha sido determinante para la transmisión del virus y así lo reflejan los datos.
Esto es algo que los expertos en epidemiología y vigilancia de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, encargados de publicar semanalmente los datos por municipios y zonas básicas, han podido analizar en profundidad. En este informe epidemiológico semanal no se han llevado a cabo listados muy grandes, sino que han seleccionado siempre los municipios más grandes ya que estos son los que mejor pueden reflejar la evolución en la transmisión del virus. Araceli Arce, subdirectora general de Vigilancia y Seguridad Pública y María Ordobás, jefa de área de epidemiología analizan para LA RAZÓN cual ha sido la evolución del virus en la región así como, cuáles han sido los factores que han influido para que los municipios más pequeños hayan tenido estas cifras. «Los municipios pequeños son los más susceptibles de tener situaciones extremas, es una enfermedad que es de una transmisión continúa y que seguramente se quede con nosotros, por eso no tiene demasiado interés analizar estas pequeñas poblaciones», apunta Arce. En lo que respecta a las tasas de incidencia, «en pequeños municipios hay que interpretarlas con muchísimas reservas. El tener uno o dos casos en una población pequeña hace que tengas unas cifras de incidencia muy altas. La incidencia no es un buen indicador para municipios con estas características», apunta Ordobás. Sin embargo, esto no ocurre en las grandes poblaciones, donde la tasa de incidencia resulta uno de los mejores indicadores para analizar la evolución de la infección. Esta sería la primera cuestión a tener en cuenta para un correcto análisis.
Solo trece casos
En toda la región no ha habido un municipio sin contagios, pero sí con un número muy bajo de ellos. Este es el caso de Somosierra y Robregordo, dos pequeños municipios situados al norte de la Comunidad de Madrid con 77 y 48 habitantes, respectivamente, según el Instituto Nacional de Estadística. Durante los dos años que ha durado la padenmia han tenido un total de 15 y 13 casos, por lo que se han convertido en los pueblos con menor incidencia de la capital. «El hecho de que pueblos pequeños tengan un menor número de casos es algo relativo. Pasa en esta enfermedad y en todas, esto no quiere decir que de manera absoluta que hayan hecho algo maravillosamente o algo diferente o excelente. Todas las unidades territoriales pequeñas pueden sufrir mucha variación, lo mismo puede ser que destaquen por elevadísimos casos, porque son pequeños o porque han estado mejor», señala Arce. Así lo han corroborado a LA RAZÓN, desde los consistorios de las dos localidades.
María Cano, alcaldesa de Robregordo, confiesa que «no hemos tomado ninguna medida en particular, simplemente pedimos a los vecinos que fuesen más cuidadosos y saliesen lo menos posible. Hemos cancelado alguna actividad grupal que organizábamos desde el Ayuntamiento, pero por lo demás todo ha sido fácil», apunta. En estos sitios pequeños lo fundamental es hacer investigación epidemiológica de ámbitos familiares o de colectivos, si los hubiese. Según la jefa de área de epidemiología, esto es lo que aporta información para detectar la enfermedad. «Son poquitos casos y generalmente están asociados, ahí es donde buscamos la conexión entre ellos, para valorar el riesgo», detalla Ordobás. En términos generales, los ambientes rurales dónde normalmente predominan las casas individuales y los grandes espacios, son favorables para enfermedades de transmisión respiratoria como es el coronavirus. «Además, nosotros como sistema sanitario tenemos que compatibilizar el caso con el domicilio que nos aparece en la tarjeta sanitaria. Seguramente en estos municipios haya habido más casos, pero que estén empadronados y en que su tarjeta aparezca el domicilio de estos municipios pequeños son los que son», resalta Arce. Este sería otro de los factores a tener en cuenta y por los que las cifras habrían sido tan bajas.
Fácil diagnóstico
Por otro lado, es importante señalar la facilidad de diagnóstico. «Si tenemos mucha capacidad de diagnosticar, tendremos siempre más casos, y si los test se regalan como ha pasado en la Comunidad de Madrid, es más fácil encontrar positivos que si no tienes a mano un test», apunta Arce. La dificultad de acceder a ellos en estas poblaciones pequeñas ha sido también determinante.
Estos son sólo algunos pequeños detalles que a lo largo de la pandemia han podido marcar la diferencia, en cuanto a incidencia acumulada en pequeños municipios se refiere. Lo único seguro es que el riesgo es generalizado para todos y que todas las personas estamos sometidos a ello. Aunque las cifras sean satisfactorias, no se debe bajar la guardia y usar el sentido común.
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