Obras
Cibeles ya planea cómo será el Madrid de los mayores
Madrid Futuro lidera un proyecto para mejorar los elementos urbanos y las condiciones de vida de las personas de más de 65 años
Más de una vez hemos escuchado que la pirámide generacional española tiende a invertirse. Una situación que podría tener su pico en 2050. De hecho, de mantenerse la tendencia actual, los mayores de 65 años vivirían una media de 27 años más que los actuales. Dicho de otro modo: nuestro país envejece y su capital, también. La esperanza de vida de los madrileños es de 83 años, una de las mayores del mundo, y se prevé que para 2050 un tercio sobrepase los 65 años. La ciudad debe estar preparada y, sobre todo, equipada. A tal fin, Madrid Futuro, junto con Caser, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Ayuntamiento están diseñando la «ciudad ideal» para los mayores. Un proyecto en colaboración con los principales agentes sociales, como la Fundación Alzheimer España y asociaciones de mayores como Secot.
Pablo Vázquez, director de Madrid Futuro –asociación sin ánimo de lucro conformada por empresas y entidades sociales, creada para la recuperación de la ciudad–, avanza que «se trata de un ejemplo de colaboración en el que se ha involucrado a la sociedad civil afectada y a entidades públicas y empresas privadas para crear, entre todos, una ciudad amigable para nuestros mayores»
Así, los mejores perfiles académicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPM han analizado, guiados por sus docentes, las tendencias en el resto del mundo en materia de modelos de habitabilidad y convivencia de mayores, así como su posible aplicación en la ciudad de Madrid.
Ahora bien, ¿es nuestra ciudad age friendly? En este aspecto se centra el trabajo de Teresa Romero Luengo, después de analizar dos barrios concretos de la capital: El Pilar y Vinateros. El resultado: ambas zonas presentan la misma problemática y similar estado de adecuación para los mayores. Así, los mayores problemas y retos son los relativos a la vivienda, al acceso a ella desde la calle y al tratamiento de los múltiples espacios libres que se dan entre las edificaciones.
Tres son las conclusiones a las que se ha llegado, después de analizar los trabajos. La primera de ellas, la creciente demanda de cohousing y coliving. «En España existen 101 cohousing y casi el 44,6% de los mayores elige esta opción como alternativa a la vivienda», asegura Cristina Arranz, estudiante de la UPM. El cohousing sería la alternativa a las residencias de mayores: un espacio de convivencia autogestionado por los propios residentes, mayores de 60 años. Como señala Arranz, hasta hace muy poco, las personas del colectivo senior eran tratadas como dependientes y poco útiles, estereotipos asociados a la vejez. Sin embargo, en realidad nos encontramos frente a un grupo de usuarios muy heterogéneo y representativo, siendo el 19,6% de la población actual y que, en 2050, alcanzará el 31,4% de la población.
En segundo lugar, el modelo de coliving es un tipo residencial colectivo, urbano, de alquiler y de corta estancia que, según expertos del área de arquitectura y sanitaria, podría suponer una buena solución para solventar la soledad no deseada entre los mayores de 65 años. De hecho, el Ayuntamiento «ya está planteando modificaciones en su normativa para regular las condiciones y autorizar esta actividad tan extendida en Europa». «Hemos detectado algunas tendencias de colivings intergeneracionales basados en el mentoring o en el intercambio de idiomas, entre otros, donde los mayores obtienen compañía y dan conocimiento», según explica Alicia Gutiérrez, alumna de la UPM, en su investigación.
Por último, el tercer factor sería el deporte como herramienta clave para mejorar la calidad de vida de los mayores y retrasar el deterioro funcional. Según las investigaciones realizadas, incluyendo el análisis de seis centros de día, «se detecta la oportunidad de rediseñar espacios para posibilitar actividades que permitan un envejecimiento activo», según explica Cristina Sorribes, otra de las alumnas de la UPM, quien ha diseñado espacios que potencialmente se probarán en centros.
En su estudio, Sorribes señala que, dentro de la ciudad de Madrid, existe mucha diferencia entre los diferentes distritos, variando entre el 12,61% de mayores de 65 años en Villa de Vallecas hasta el 26,09% en Retiro. Además, en todos los distritos, son mayores los datos de población senior de las mujeres frente a los de los hombres. Así, su propuesta gira en torno al programa bautizado como ACTÍVATE: consistirá no sólo en el diseño de las instalaciones dedicadas a este tipo de desarrollo, sino también en el conjunto de materiales necesarios para su trabajo. Todo ello, «con vistas a definir un espacio que se pueda construir de manera independiente o integrar en los centros de día existentes o en cualquier otro local del que se disponga, fomentando la transformación de espacios construidos en centros deportivos para seniors».
Esos centros de actividad, explica, podrían seguir la misma pauta que los diseñados en La Rioja, donde cuentan con una normativa específica: una sala de fisioterapia, que deberá cumplir con lo establecido en la normativa sanitaria vigente, con iluminación natural y directa en todas las dependencias; una sala con maquinaria similar a la de un gimnasio convencional, pero con una ergonomía adecuada adaptada a los senior; utilización de colores de forma adecuada a su función y al mensaje que se quiera expresar, realizando distinciones entre las zonas de mayor privacidad y colectividad...
Por último, en su estudio, Pedro Sánchez Novo ha ideado un diseño amigable de la ciudad para personas con demencia: potenciar los pasos de peatones frente al tráfico rodado; carteles y textos urbanos más visibles (letra oscura grande en un fondo claro); más elementos naturales como parques y jardines; mobiliario urbano como bancos, umbráculos y mesas... Sin olvidar un diseño de hogares que tengan en cuenta la demencia, y en los que la iluminación natural y la domótica serán elementos imprescindibles.
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