Gastronomía
Cordero tandoori con láminas de oro de 24 quilates: descubre el plato que triunfa en Madrid
¿Cómo de dura se les está haciendo la vuelta a la rutina tras el verano? En estos restaurantes volverás a «saborear» el paraíso
¿Cómo de dura se les está haciendo la vuelta a la rutina? Madrid es una ciudad rutilante y llena de posibilidades, pero retomar la normalidad entre atascos kilométricos, maratones de conciliación y esta nube de pesimismo, es complicado. ¿Echan de menos sus vacaciones? ¿Anhelan sus escapadas? Hay dos maneras infalibles de viajar sin desplazarse: una es leyendo y la otra, a través de la gastronomía. En esta columna comilona y antidietas les aconsejamos la segunda opción, y les traemos algunas sugerencias para descubrir los locales imprescindibles de cocina viajera de la capital. A lo mejor no podemos regresar a los paradisíacos enclaves que hace unos días alegraban nuestras redes sociales, pero sí rememorar esos sabores que nos cautivaron y nos hicieron soñar con mandar a hacer puñetas nuestra vida normal y quedarnos a vivir en un chambao.
Si hablamos de chefs mochileros e inquietos, tenemos que referirnos a Sergio y Roberto Hernández, propietarios de Latasia, ese gran espacio de fusión en el que sus viajes a Sudeste Pacífico y Perú explican una carta en una constante, y deliciosa, evolución. Hace muy poquito abrieron Moemia, en Campo de las Naciones, una taberna en la que la tradición madrileña se mezcla con su visión mestiza del comer, y en cuya barra se lo pasa uno muy bien. En una línea parecida, pero personal, también pueden gozarlo fuerte en Marzeah, en Prosperidad. Sergio Guijarro, que ha pasado por sitios tan recomendables como Montia, se ha montado una barra bien simpática en la que les esperan bocados tales como el dimsum de morro y manitas con tartar de gambas de Huelva o los callos del sudeste asiático. Telita…
Hace no mucho, estuve por Haveli, la nueva apuesta del chef indio Singh Sukhwinder junto a su hijo Sunny, ambos propietarios del conocido Doli, en Diego de León. El local es precioso y actual, pero tiene fondo además de forma: hay varios platos del norte del subcontinente nada habituales, e incluso un capricho delicioso para los buscadores de experiencias: su jugoso lamb gold, un cordero al horno tandoori que se presenta cubierto de láminas de oro de 24 quilates.
En la antigua Kapital
Si, además de disfrutar de la fusión, quieren dejar a alguien sin palabras, entonces reserven mesa en Quintoelemento, el restaurante de la emblemática discoteca Kapital. No arruguen la nariz, no sean prejuiciosos: Juan Suárez de Lezo, el formadísimo chef a cargo, es capaz de ofrecer una maravillosa cocina influida por Asia, Latinoamérica y el Mediterráneo de gran nivel, que puede regarse con lo que sale de una bodega con muchas, muchas referencias. Eso sí: la cúpula móvil es tan espectacular que a veces uno se distrae del plato y se le van los ojos y el cuello hacia arriba.
Si hablamos de mezclas afortunadas, obviamente, tenemos que dejarle un huequito a Perú, que ostenta el récord mundial de platos típicos gracias a la riqueza de los muchos ecosistemas de los que se compone el país. Mario Céspedes, el chef peruano de moda, tiene tres conceptos para conocer la heterogeneidad de la gastronomía de su país: Ronda 14, nikkei; Cilindro para los platos criollos y más auténticos y Apura para entender la pasión por las sangucherías del chef. Y si quieren algo rico, y diferente, tal vez sea buena pasarse por Katz, la aventura postpandémica de un piloto militar retirado, de origen israelí, que lleva media vida aquí y se ha montado en Gabriel Lobo un restaurante con obrador donde lo mismo te hace un inolvidable bocadillo de pastrami (él ahúma las carnes), como te prepara un rico hummus o unos panes estupendos. Madrid, a veces, se hace bola, pero qué bien nos da de comer.
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