Móstoles

Reprimenda socialista por dar cupcakes a Ayuso: “Ya veremos qué consecuencias acarrea”

El equipo de la alcaldesa reprende a una hostelera de Móstoles que se acercó a la presidenta a agradecer con una caja de dulces que mantuviera abiertos los negocios durante la pandemia

Díaz Ayuso, flanqueada por la alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse, y el candidato del PP, Manuel Bautista, en el momento de recibir los dulces de la hostelera
Díaz Ayuso, flanqueada por la alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse, y el candidato del PP, Manuel Bautista, en el momento de recibir los dulces de la hosteleraLa Razón

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, celebró ayer el consejo de Gobierno en Móstoles en su intento por acercar la Puerta del Sol a los municipios de la región. La reunión y posterior rueda de prensa transcurrió con normalidad y el acto no hubiera tenido más trascendencia de no haber sido por la situación insólita que se creó con posterioridad. Sobre las 13:45 horas, Díaz Ayuso abandonaba la Casa Consistorial y, nada más salir a la plaza, se le acercó Susana, una hostelera de Móstoles a la que el Ayuntamiento, gobernado por Noelia Posse (PSOE) había contratado el catering para Ayuso y los consejeros.

La mujer, al percatarse de la presencia de Ayuso, decidió acercarse a ella para entregarle una caja de cupcakes que la presidenta regional aceptó encantada, como agradecimiento a su labor durante la pandemia. La mujer incluso aprovechó para inmortalizar el momento con una foto. “Yo no entiendo de partidos ni sé de izquierdas ni de derechas, pero agradezco mucho haber podido tener mi establecimiento abierto durante la pandemia, porque tengo dos hijos que mantener”, dijo a LA RAZÓN.

Lo que Susana no esperaba es que, mientras se alejaba la presidenta regional y ponía rumbo a la Puerta del Sol, se le acercaran miembros del equipo de Noelia Posse para echarle una reprimenda y advertirla de que, de haber sabido que iba a tener esa iniciativa, no la hubieran contratado el catering (consistió en unas pastas y un café). “Ya veremos las consecuencias que acarrea esto”, relata Susana que la advirtieron con enfado, después de comentarla que “tenía que haber pedido autorización para una iniciativa así”.

“Me ha sorprendido mucho esta actitud, estoy alucinando, yo no he hecho nada con malicia, no creo que sea nada malo regalar unas galletas decoradas”, lamenta. Susana, propietaria de “Freakafe”, cuenta que era la primera vez que la había contratado el Ayuntamiento de Móstoles para un catering de estas características y ahora teme que sea la última. “Lo único que quiero ahora es que me paguen”, dice.