Musical

Aladdin y el canto a la libertad bajo la ley de los tres deseos

Sobrevuelva por los tejados de la Gran Vía recordando que la magia está en todas partes. David Comrie (genio), Jana Gómez (Jasmin) y Roc Bernadí (Aladdin) cuentan a LA RAZÓN su exitosa experiencia en los escenarios

Los interpretes del musical de Aladdín: Jasmín, Aladdín y el Genio
Los interpretes del musical de Aladdín: Jasmín, Aladdín y el Genio David JarLa Razón

Sobre los tejados del cielo de Madrid sobre vuela la alfombra mágica, esa que sin riesgo de atascos ni multas es capaz de transportarnos a «un mundo ideal» en el que «poder decidir, cómo vivir, sin nadie que lo impida». En plena Gran Vía, desde la azotea del Hotel Hilton de Montera, el Genio de la lámpara (David Comrie), Jasmine (Jana Gómez) y Aladdin (Roc Bernadí) recuerdan que aún hay margen para la magia en un musical que ensalza el valor de la autenticidad, que «no siempre es lo que parece», el amor, la amistad, la libertad, y que los deseos se cumplen.

¿Qué pedirían los protagonistas del musical Aladdin sin hubieran entrado en la cueva de las maravillas y tuvieran la lámpara?

Roc (Aladdin): Poniéndonos en la situación de que esto sucede pediría que Aladdin dure mucho tiempo y que el público disfrute muchísimo con el musical y nosotros disfrutemos muchísimo haciéndolo. Incluso, a mí me gustaría ir a Broadway.

Jana (Jasmine): A mí me gusta mucho desear, pero yo cuando pido cosas lo hago desde el lado de la gratitud, agradezco eso que quiero como si ya lo tuviera, y eso es para mí mi forma de desear.

¿Y el genio que cumple deseos; qué desea?

Yo ahora mismo esto en esta etapa porque siento que he pedido mi mayor deseo que era estar e interpretar a este personaje, puede sonar super cursi, pero es lo que es. Y siento que estoy tratando de buscar mi próximo deseo.

¿Qué estaban haciendo cuando les dijeron «sois los elegidos»?

Roc: Yo estaba con una mascarilla haciendo la cuarentena del Covid en mi cama y me llamaron y me dijeron: «Mira, que sí, que al final eres tú». Y yo, ¿cómo? Estaba con mi madre. En ese momento casi me pongo bueno. Aunque creo que la fiebre subió aún más.

Jana: Yo estaba en la playa, con mi pareja, subida a una roca cuando me llamaron por teléfono y de repente, fue muy fuerte, me puse a llorar porque venía de un año un poco duro porque había tenido una lesión vocal y fue como alucinante.

Roc: Hubiera sido alucinante que estuvieras en esa roca y te hubieran llamado para protagonizar la sirenita... Habría sido premonitorio.

David: Yo estaba rodando la serie de «Treinta monedas» con Alex de la Iglesia y se lo conté a él que me acababan de comunicar que me daban el papel. Fue una cosa maravillosa.

¿En algún momento se han sentido poseídos por sus personajes?

David: Yo siento que todas las noches este payaso se apodera de mí de verdad.

Roc: Es cierto, no para de hacer caras como si fuera el genio. El otro día en el camerino le miré caminando y haciendo gestos y pensé... ¡Pero si es el genio de verdad!

Jana: Yo creo que, en nuestra vida habitual, al menos yo, a la mínima que me pongo el vestuario de Jasmine, ese pelo larguísimo que lleva ella y los tacones salgo de escena y creo que camino igual y hago lo mismo, como si estuviera encima del escenario. Sí que es cierto que hay algo inconsciente que a la que te pones las cosas y te empiezas a maquillar entras en el personaje.

Roc: Sí, el otro día nos pasaba con David que estábamos ensayando una coreografía sin nada de vestuario y no sabíamos hacerlo y después, cuando te pones todo, te transformas.

¿En qué situaciones desearían haber invocado a un genio?

Jana: Pediría cosas que, en verdad, uno mismo puede acabar solucionando pero que tardan su tiempo y el genio lo que haría sería acelerar las cosas.

Roc: Siempre está bien pedir salud. Creo que en algún momento tenso de la vida tener un genio vendría muy bien.

¿Cuál es vuestro mundo ideal?

Jana: Yo más bien, cuando lo canto, pienso más en el de Jasmine, no tanto en el mío. A mí me pasa que no me ha gustado mucho el mundo en sí en el que vivimos y me ha entrado en muchos conflictos cuando pasas de la adolescencia y te enfrentas al mundo adulto, y con la injustica y la poca honestidad y transparencia que hay en general. Yo me considero una persona muy blanca a la hora de expresarme, comunicarme y de como soy y que haya tanta oscuridad, en general, me provoca mucha crisis.

¿Tienen miedo a las alturas?

Roc: Nos encanta volar en la alfombra mágica a Jana y a mí, nada de miedo.

Si les tendieran la mano diciéndoles ¿confías en mí? a quién le dirían que no...

Roc, Jana y David: A Jafar (el villano del musical). (Risas).

David: Aunque el actor que hay detrás, Álvaro es «majísimo. Yo me montaría con Álvaro, pero no con Jafar en esa alfombra mágica.

¿Qué es lo más difícil de los personajes que tienen que interpretar?

Roc: El mío, la parte física. El cantar, bailar y sostenerlo todo durante el musical, es estar en el escenario casi todo el rato y el saber dosificar.

¿Cómo lo entrenan?

David: corro mientras voy cantando, a la vez, por el parque del Retiro.

Roc: yo en el gimnasio. Por ejemplo, estoy en la bicicleta a tope y de repente me pongo a cantar la canción «saltar» que es la más movida que tengo en el musical y, cuando hace mucho tiempo que no lo hago, me lo noto en escena, como más cansado. Estos días que no pude ir porque estuve malo, me noto más cansado en escena. Es un reto total.

Jana: para mí es un reto interpretativo. Es un personaje que se podría ver como la típica princesa Disney, pero mi lucha interpretativa es que no se la vea como una princesa Disney más y que es una mujer real, madura y con mucha ambición positiva de poder tener sus decisiones, ser libre... Todos los días intento no caer en el cliché de la típica princesa y para mí esa es la parte más difícil. Físicamente tienen los personajes una fiscalidad que tenemos que trabajar y estar en forma, pero en mi caso no es tan físico como ellos dos.

David: cuando me ofrecieron este personaje me di cuenta de que es fácil ir al cliché porque todas las personas que han visto esta película hacen la versión de Josema Juste en la película. Cantan la canción igual, el texto lo hacen de la misma manera. Yo no crecí aquí en España, nací en Panamá, y vi la película en inglés -Robin Williams hizo la versión inglesa- y, en cierta manera, quería traer algo diferente a esto, pero ¿por dónde empiezo? Primero empecé con el canto, tratando de poder respirar o hacer esa canción del «genio tan genial» y tenía un coach de canto y otro de interpretación para humanizar este personaje sin hacer el cliché. Estoy feliz con lo logrado, el trabajo no ha terminado, sigo viendo a mi coach tratando de moderar y mantener el personaje. Ahora me doy cuenta de a dónde puedo llegar y estoy jugando con esto.

Todos los cuentos Disney tienen una moraleja. ¿Cuál les ha removido o aplicado en sus vidas?

Roc: Aladdin, aunque no lo parezca habla mucho de la libertad. Creo que cada uno de los personajes buscan mucho cada uno su sitio de libertad. «Quiero ser libre de la lámpara, ser libre de las leyes del pasado» y Aladdin quiere ser libre del sistema que le hace ser un ladrón y no poder tener una vida más digna.

Jana: Creo que los tres personajes son muy fieles a ellos mismos y a sus amigos y al amor que tienen por la gente que se preocupa por ellos y se demuestra continuamente esa fidelidad y honestidad que tienen los unos por los otros.

David: Siguiendo en la línea de lo que dice Jana es curioso porque el genio le concede a parte de los tres deseos unos cuantos otros más sin querer nada a cambio. Incluso, al final, él deja su propio deseo de ser libre por complacer el de su amigo. Es tan bonito ese mensaje. Son personajes muy generosos.

Roc: el director residente que nos dirigió hablaba mucho del «corazón de oro» que tienen cada uno de ellos, y es algo muy bonito.

David: para los americanos, británicos y los creativos era muy importante que nada fuese falso entre los que estábamos haciendo. La conexión que se muestra entre nosotros, siempre nos dijeron que tenía que ser real.

Jana: Es una historia que todos conocen, ya saben lo que vienen a ver, pero era importante que vieran a personas reales, de carne y hueso con conflictos reales y que se puedan sentir identificados de alguna manera con ellos y lo que sienten, aunque esté dentro de un contexto mágico y fantasioso y eso intentamos hacer cada día.

¿Cuál era su cuento cuando eran pequeños?

Jana: Mi película favorita es Ratatouille.

Roc: Me encantaba Hércules.

David: A mí me encanta el Rey León y cuando trabajé en este musical, dije «que fuerte». Era Mufasa durante seis años, pero me creía Simba.

¿Cómo decidieron que serían actores musicales? En qué momento surgió...

Jana: En mi caso mis padres se han dedicado al teatro musical y he crecido con eso y lo amaba o lo odiaba. Decidí dedicarme a esto con 17-18 años. Ya cantaba desde pequeña. Cantando es como transmito mejor -fue Anastasia-.

Roc: A mí siempre me ha gustado un escenario, me pones en uno y tengo algo dentro. Cuando tuve que decidir qué estudiar, tuve la suerte de que mis padres me ayudaron y apoyaron.

David: Yo empecé en la ducha. Mis padres no estaban a favor para nada de esto, no lo veían como algo serio, incluso. Cuando vinieron a verme en el estreno de El Rey León mi padre me preguntó: «¿Pero a ti te pagan por hacer esto?» Mis padres no lo han visto nunca como una carrera. Ahora han cambiado porque me han visto en unos segundos en La Casa de Papel, y me ven en la tele y han cambiado. Yo creo que no querían que lo pasara mal. Así empezó todo y ahora no puedo salir.