Entrevista
«Haremos del Fernán Gómez un teatro dedicado a los siglos XIX y XX»
La responsable de Cultura, Turismo y Deportes en Cibeles cree que la llegada de la prueba es «el mejor de los regalos». Además, avanza que el teatro Fernán Gómez estará especializado en los siglos XIX y XX
De ser la responsable de la cultura de cerca de 200 municipios en la pasada legislatura, desde 2023 se ocupará solo de uno. Eso sí, no de cualquiera: una de las grandes capitales europeas que aspira a explotar definitivamente como referente cultural, turístico y ahora, también deportivo.
Fue consejera de Cultura en la Comunidad, ahora concejala de Cultura en el Ayuntamiento. ¿En qué se diferencia la gestión municipal de la regional?
Es una política más de proximidad. Es cierto que la Comunidad de Madrid abarca 189 ayuntamientos. Y, lógicamente, se intentaba prestar atención a todos. Pero dentro del Ayuntamiento, el departamento de Cultura gestiona más espacios propios, lo cual también influye en el día a día.
Va a compaginar la concejalía con su escaño en el Congreso. En Cibeles forma parte del equipo de Gobierno y en las Cortes está en la oposición. ¿Cómo afronta esa dualidad?
He estado ya en el Congreso de los Diputados, tengo una experiencia parlamentaria, conozco esa casa, estuve allí más de tres años y creo que eso me va a ayudar. Son roles muy distintos, por un lado estar en la administración local, y por otro estar en el legislativo en la oposición. Pero no habrá ningún problema. Además, me ayuda hasta la ubicación, porque tengo la suerte de estar muy cerca, con lo cual hay días que puedo estar en el Congreso y en el Ayuntamiento.
¿Cómo ve esta legislatura en el Congreso de los Diputados?
Va a ser una legislatura dura y muy importante para que los españoles reciban el mensaje de que hay una alternativa, una oposición perfectamente preparada, valiente y dispuesta a pelear para preservar nuestros valores fundamentales que, ahora mismo, están pasando un momento crítico.
¿Cree que tenemos «sanchismo» para cuatro años ? ¿O no llegará a cumplir la legislatura entera?
Yo he visto en el Congreso de los Diputados, en otra legislatura, cómo se aprobaban los presupuestos y, a los tres días, aprobarse una moción de censura. No quiero hacer predicciones. Lo que sí tengo claro es que a Sánchez se le va a hacer muy cuesta arriba y muy larga.
El Área de Cultura es de las que más ha subido en presupuesto, prácticamente un 12%, hasta alcanzar 231 millones . ¿Da esa cantidad para todo lo que quiere hacer Rivera de la Cruz en 2024?
Yo le digo a todos mis responsables de Hacienda (se lo dije a Lasquetty en la Comunidad, se lo digo también a Engracia Hidalgo), que siempre voy a creer que tenemos poco. Pero también creo que el presupuesto asignado nos va a dar por lo menos para encargarnos de aquello que es urgente y más importante.
Si tuviera que decir cuáles son sus tres máximas prioridades para esta legislatura, aquello que querría dejar acabado, ¿cuáles serían?
Es difícil porque hay muchísimas cosas. Tengo una ilusión especial por Matadero, por consolidar ese espacio como un pivote del eje de la cultura en Madrid, porque tiene muchas posibilidades. Después está también rematar todo lo que tiene que ver con con la colección Pérez Simón. Su llegada a Madrid es un proyecto ilusionante, ambicioso y enriquecedor para la ciudad. Después, hay muchas pequeñas cosas que son también importantes y con las que habrá que meterse de lleno. Pero esas dos suponen dos grandes ejes. No es algo de hoy para mañana.
De acuerdo a los presupuestos, esta legislatura está marcada por las restauraciones de espacios muy emblemáticos: el arco de Moncloa, el pabellón de los hexágonos de la Casa de Campo, el Palacio del Capricho...
Tenemos que ser más conscientes de la riqueza de Madrid y hay que ponerla en valor. El Beti Jai se va a abrir en el primer cuatrimestre de 2024 por primera vez en más de 100 años. Se va a abrir de verdad, para todos los madrileños, porque ahora mismo hay algunas visitas que hay que preparar con mucha antelación. Queremos que todos puedan verlo, y entender lo que fueron los frontones en la cultura madrileña y en el deporte madrileño de hace un siglo. Lo que se ha hecho con la Puerta de Alcalá es importantísimo. Es un hito en la historia de la restauración en Madrid. Todo lo que se ha trabajado en casi dos años va a servir para posteriores estudios e intervenciones. El pabellón de hexágonos era un asunto cronificado. Lo vamos a encarar definitivamente, ya hay un presupuesto para eso. Y luego está el parque del Capricho y el el Palacio de la Duquesa de Osuna, para los que hay proyectos en marcha.
Ahora que mencionaba la Puerta de Alcalá, se acaban de retirar los últimos andamios. ¿Cuál es la hoja de ruta a partir de ahora con el monumento? ¿Serán necesarias revisiones periódicas para que aguante otros 200 años?
Eso nunca se puede decir. Es verdad que la piedra está más viva de lo que pensamos. Para la restauración de ahora contábamos con unos medios técnicos con los que no se contaba hace 20 años, que fue cuando se hizo la última gran restauración. Esperamos que haya Puerta de Alcalá para 40 años sin tener que hacer grandes restauraciones. Ahora, se trata de intensificar esos chequeos, como si fuera un paciente que va al médico. Así, es más fácil actuar por un problema puntual que pueda surgir en la Puerta, en lugar de actuar sobre su totalidad, como ahora. Sí es cierto que se ha ido al máximo, se ha actuado sobre todo lo que estaba en unas condiciones dudosas, y por eso se ha tardado más de lo que se pensaba en un principio. Pero ha merecido la pena. Estuve el mes pasado viendo todas las actuaciones. Ahora hay aleaciones que antes no había, productos que antes no existían, métodos de catalogación que antes no había... Hay una cosa muy curiosa: la Puerta de Alcalá tiene proyectiles de tres tipos, de tres ataques: Guerra Civil, Guerra de la Independencia, y la guerra de los cien mil hijos de San Luis. ¿Qué sucede? No se sabe a qué corresponde cada erosión de la Puerta. Ahora, con los datos que hemos obtenido, un estudio posterior nos va a permitir saber de dónde proviene cada uno de los arañazos. Esta Puerta va a servir para algo más que para que los madrileños la admiren; va a servir para seguir contando nuestra historia.
Hay dos palabras que suenan con fuerza durante estos días: Fórmula 1. ¿Qué significaría para la ciudad de Madrid acoger esta prueba?
En los estudios que han hecho desde Ifema señalan unos 500 millones de euros de impacto. No se puede decir mucho más al respecto. Pero después hay una parte que es reputacional. Madrid llevaba muchos años sin acoger una prueba de Fórmula 1. Y acogerla es un mensaje no solo referido al deporte; es un mensaje de ciudad. Una ciudad preparada para acoger grandes eventos, una ciudad preparada para poner en marcha un circuito en un tiempo récord. Para Madrid es una buenísima noticia. Se ha trabajado muy en silencio, muy discretamente y muy intensamente durante muchos meses. No nos imaginamos todo el trabajo que hay, cuidadoso, para que todo esto salga adelante. El anuncio no se ha hecho todavía. Oficialmente no se puede concentrar nada. Pero la llegada de la Fórmula 1 sería para Madrid el mejor de los regalos. Y si llega, me gustaría recordar que detrás siempre hay trabajo, trabajo y trabajo. Las cosas no se hacen por casualidad. Esto no es una lotería que le pueda tocar a Madrid, sino que hay un proyecto de ciudad detrás y eso ayuda a que grandes eventos se quieran venir aquí.
No es una lotería, pero sí que, de algún modo, hay una competición. El premio de Montmeló continúa. ¿Esto viene a confirmar que Madrid ha adelantado a Barcelona por la derecha?
No me gusta hablar en esos términos. Una ciudad, si se toma en serio, tiene que competir contra sí misma, procurar ser mejor. Madrid no gana nada porque Barcelona tenga un problema. El objetivo de Madrid no es mirar por el retrovisor y hacia ningún otro lado que no sea hacia delante, intentar mejorar cada día. En el caso de la Fórmula 1, no depende de Madrid que se sigan celebrando carreras en Montmeló. Y en el caso de que convivan las dos, no supondría ningún problema.
Lo que sí parece confirmar es que Madrid ha ganado atractivo.
Ese es mi mantra, que Madrid ha ganado. Madrid se lo ha creído. Y le faltaba creérselo. Y los madrileños se lo han creído. Las empresas lo han visto, han empezado a llegar aquí, y los proyectos también. Madrid se ha convertido en una ciudad a la que la gente quiere venir. Bien durante un tiempo, bien para instalarse. Muchas multinacionales me comentan que ahora, cuando la deslocalización del trabajo es una constante, muchos ejecutivos quieren radicarse en Madrid y trabajar desde aquí para otros lugares. Eran personas que antes preferían otras capitales europeas. Creo que lo hemos hecho bien entre todos. Es un ejemplo perfecto de cómo el trabajo de las instituciones con el sector privado está dando buenos frutos.
¿Cuándo veremos a Usera con la marca oficial de Chinatown? Es un proyecto que se anunció en la pasada legislatura.
No tengo muy claro si eso tiene que ser una marca, pero sí es cierto que Usera, ya de por sí, es el lugar donde la colonia china se ha radicado. Y eso trae consigo una serie de negocios, una serie de costumbres que están ahí. Este año, por ejemplo, vamos a celebrar desde este Área el año nuevo chino en Usera, que va a ser un motivo de atractivo turístico tanto para madrileños como para gente de fuera. Y además, hay otros proyectos en ese sentido, llevados a cabo con fondos europeos. Es bueno que las ciudades miren más allá de su centro y creo que este proyecto de Chinatown en Usera revela que las apuestas turísticas y culturales salen de la almendra central.
Recientemente ha anunciado los nombramientos para dirigir los grandes teatros municipales. ¿Qué planes hay para el resto?
Madrid tiene una cantidad de teatros más que importante. En estos meses, estudiando lo que hay, nos dimos cuenta de que a Madrid le faltaba un teatro que apostase de verdad por los siglos XIX y XX. Y vamos a convertir en eso el Fernán Gómez, el Centro Cultural de la Villa, en Colón, bajo la cabeza de Julia. Es un teatro fantástico donde se ha hecho una inversión importante, con la renovación de butacas, y vamos a convertirlo en un teatro para representar fundamentalmente obras del XIX y XX, tanto españolas como norteamericanas y europeas. Porque realmente, en Madrid tenemos cubierto el teatro clásico, el contemporáneo, el de vanguardia... pero faltaba ese compromiso con una época teatral que para España, en concreto, fue muy brillante. Me gustaría mucho que que cualquiera que viniera a Madrid un fin de semana sabe que se va a encontrar seguro una representación de Chéjov, de Arniches, de Max Aub, de Buero, de Tennessee Williams. Y además en un teatro público, lo que asegura una contención de precios. Sería para la temporada que viene, la 2024 2025. La línea del Fernán Gómez no estaba muy bien definida. Hacer esto en Matadero no tendría sentido, y el Teatro Español tiene ya su personalidad más que propia. El Fernán Gómez permitía trazar un carril: un teatro en el que la gente sepa que va a encontrar esos clásicos que, a veces, se representan muy poco en Madrid. Buero Vallejo se representa muy poco en Madrid. Hablaba antes de Arniches o de los Álvarez Quintero. No son autores que sean fáciles de ver sobre los escenarios madrileños. Y hay que intentar cambiar eso porque tenemos espacios.
¿Sería un espacio para clásicos «puros» o cabrían las actualizaciones?
Eso será el responsable de programación el que tenga que decidir. Pero en ese sentido, a mí me gusta volver a lo clásico. La reescritura es siempre interesante. Recuerdo un «Tío Vania» en el Centro Dramático Nacional que, en lugar de la estepa rusa, sucedía en el trópico. Y era maravilloso. Pero muchas veces echamos de menos ver los textos tal cual son y la historia tal cual es, sin interpretaciones.
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