Entrevista

Noemí Navarro: "No existe un protocolo cuando diagnostican un caso TEA"

La influencer madrileña, madre de un niño con autismo y también diagnosticada, acaba de presentar «El arte de no encajar» en la Feria del Libro

Noemí Navarro, autora del "El arte de no encajar" @Gonzalo Pérez Mata
Noemí Navarro, autora del "El arte de no encajar"GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

La vida de la Noemí Navarro cambió por completo hace cinco años. En una revisión en atención primaria a su hijo de dos años, Mateo, le diagnostican autismo. El miedo, la incertidumbre y el desconocimiento, hizo que su cuerpo cayese desplomado por completo. Lo que no sabía entonces, en aquella consulta médica, era que comenzaba un largo camino de investigación, autoconocimiento y aprendizaje diario que a día de hoy continúa. Tres años después que a su hijo, ella también fue diagnosticada. Ahora, presenta su libro «El Arte de No Encajar» en la Feria del Libro de Madrid, después de haber agotado sus tres primeras tiradas en todas las plataformas y de haber convertido este trastorno en uno de los protagonistas de la cita literaria, elevándolo a competir con best-sellers.

¿Se esperaba tal repercusión?

Estaba super nerviosa, aunque creo que supe disimularlo. Luego llegué a pensar que igual no entendían lo que les había escrito en la dedicatoria porque me temblaba todo. La verdad es que no me lo esperaba, era mi primera feria, mi primer libro, uno muy de nicho… ha sido un orgullo y muy gratificante poder estar esas dos horas con la gente.

¿Qué van a poder encontrar los lectores en su libro que no leerán en otros especializados?

Es un abrazo de tranquilidad. Les digo que yo también he tenido ese miedo en el cuerpo y que he pasado por lo que ellos están pasando. Me di cuenta de que la literatura que existía sobre autismo con cierto alcance era técnica y muy compleja. Y cuando estás con el susto te da igual cualquier tipo de término, quieres saber lo que tu hijo necesita. Es como tomarte un café con alguien que ha vivido lo mismo que tú.

Y usted, ¿cómo lo descubrió?

Leyendo muchos blogs, reuniones con otras familias, libros… es un continuo aprendizaje. Te dan el diagnostico, te dicen que tu hijo tiene que ir a un logopeda, a un terapeuta y casi que te busques la vida. No hay un protocolo como tal a seguir. Y hay muchas cosas que la Sanidad Publica podría hacer para hacernos la vida más fácil. No nos enseñan a ser madres, tampoco a qué hacer si tu hijo tiene autismo, nadie te prepara.

¿Por dónde cree que habría que empezar?

Es necesario un psicólogo para las familias, debería existir en esos momentos de acompañamiento. Además de que la mayoría de terapias son privadas, no están subvencionadas. De ahí también que escribiese este libro.

¿Cómo se decidió a dar el salto?

Lo di cuando me vi preparada para estar delante de alguien sin echarme a llorar. Poder darle respuesta. Quiero que la gente se sienta acompañada porque yo era lo que recibía en mis redes, una gran cantidad de mensajes de profesores, parejas, personas que acaban de ser diagnosticadas…

Fue gracias a las redes por lo que decidió hacerse las pruebas…

Un día durante una maratón de directos descubrí el perfil de una persona adulta diagnosticada de autismo y me sorprendió. Ni si quiera sabía que eso existía. Empecé a seguirla y todo lo que escuchaba en ella me hacía sentirme muy identificada. Decidí hacerme las pruebas y finalmente me diagnosticaron.

Puede sorprender que una persona con TEA se dedique a las redes…

En mis videos me dirijo a mucha gente pero los grabo sola en mi casa. Normalmente estoy sola o con mis hijos. Para mí todo esto está suponiendo un reto muy fuerte y es muy probable que los dos próximos días los pase en cama. También es importante saber que el autismo se presenta de forma diferente según las personas: yo no tengo dificultad en el habla, pero los roles sociales se me hacen un poco cuesta arriba.

¿Qué podemos hacer para facilitarles las cosas?

Preguntar. Nunca falla. Tener la inocencia no molesta a nadie. Tan sencillo como: ¿Cómo es más cómodo que me dirija a ti?, ¿cómo te apetece…? No quiero meter la pata... eso no molesta a nadie. A mí nunca me molestaría, solo de pensarlo me emociona. Y daría las gracias. A veces tenemos miedo a molestar y es todo lo contrario.