Urbanismo
Otra vida para la fuente del Padre Lozoya
Un conjunto escultórico que rinde homenaje a la labor del Canal de Isabel II, en la traída de las aguas a Madrid, y presidirá el nuevo eje deportivo y verde en Milla Canal
Un referente estético que también da fe sobre la importancia que tiene el agua en el desarrollo de la ciudad de Madrid. Algunos dirán que lo segundo es casi más relevante que lo primero. Y no les falta razón. El agua, su distribución, ha sido clave en el crecimiento de la capital. Indispensable.
Esta fuente, por aquel entonces, en el momento de su construcción, alejada del centro de Madrid y lejos de los museos, se encuentra en otro momento muy distinto de aquel que la alumbró. Por aquí, aún hoy, no hay demasiada gente y menos turistas... Al menos hasta ahora. Y sin embargo, la fuente levantada en honor al río Lozoya, que tanta sed calmó en la capital, es, por su artística factura, todo un alegato a la vida y al progreso, además de un claro guiño a la romana Fontana di Trevi.
Esta fuente mural, relativamente rara en la ciudad de Madrid, mural como la de Trevi, centra la pared lateral del Primer Depósito del Canal de Isabel II, una gigantesca obra de ingeniería, trazado por Juan de Ribera Piferrer, que la concibió como un arco de triunfo clásico, en cuya hornacina central figura una monumental personificación del río Lozoya tallada por el escultor madrileño Sabino de Medina, y flanqueada a la izquierda por una imagen de la Agricultura del escultor gallego Andrés Rodríguez, y a la derecha por otra de la Industria del madrileño José Pagniucci.
Todo dentro del gusto, de finales del siglo XIX, hacia la industria y el progreso.
El origen de esta magna construcción escultórica está, como apuntamos, en el Canal de Isabel II, que garantizó a Madrid el suministro de agua procedente del río Lozoya.
Fue proyectado en 1848 por los ingenieros Juan Rafo y el propio Juan de Ribera siguiendo un encargo del ministro de Instrucción y Obras Públicas Juan Bravo Murillo. No es casual el espíritu y el nombre de este ministro no esté muy lejos en la zona. Las obras, presupuestadas en 80.000.000 de reales, comenzaron en 1851 y no se terminaron hasta 1858, inaugurándose el 24 de junio en presencia de la propia reina Isabel II y el Gobierno en pleno. Otra cosa es que el propio Bravo Murillo tuvo que asistir al acto mezclado entre el público, pues no fue invitado oficialmente tras haber sido derrocado en 1852.
Posteriormente, ya en el siglo XX, es posible que hacia 1947, se colocaron dos cisnes metálicos en el estanque, que se decoró asimismo con juncos y plantas acuáticas. Una decoración que ha tenido recientemente varias intervenciones con la intención de preservar el espíritu original artístico que alumbró este conjunto escultórico. En 1977, depósitos y fuentes del Canal de Isabel II, fue incoado Monumento Histórico.
Cabe apuntar que el ingeniero Juan de Ribera realizó también en Madrid las obras de los jardines de la Plaza de Oriente, trazados por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer, y reformó el parterre del Retiro. El resto de participantes en este conjunto, como Sabino de Medina, obtuvo con el tiempo importantes reconocimientos, pues fue escultor de Cámara de la Reina y honorario del Ayuntamiento de Madrid, donde levantó el monumento al pintor Murillo ante la puerta homónima del Museo del Prado, aprovechando el molde de la que se estaba fundiendo en París para Sevilla. Una escultura que aún hoy sigue saludando a todos aquellos interesados en las obras de arte que se guardan en la primera pinacoteca española. Por parte de José Pagniucci, éste obtuvo una Primera Medalla en la Exposición Nacional de 1856 con el grupo de Penélope llevando el arco de Ulises a sus amantes, mientras que Andrés Rodríguez la consiguió con el de Licurgo ofreciendo sus leyes, siendo probable que de este triunfo simultáneo naciese el encargo conjunto para esta fuente. Una obra que no fue la última realizada a medias, pues en 1862 Pagniucci labró la estatua de Isabel la Católica que decora el Salón de Sesiones del Congreso de los Diputados, mientras que Rodríguez se hizo cargo de la de Fernando, pudiendo citarse además en su haber la escultura de José Quer en el Jardín Botánico.
Milla Canal
Ahora, esta fuente histórica de Madrid será subrayada en su importancia de la mano de la iniciativa de la Comunidad de Madrid Milla Canal. Este proyecto, que supondrá una inversión de más de 18 millones de euros a lo largo de sus diferentes fases, se acometerá en el marco del Plan Renueva, dirigido a infraestructuras deportivas como el Estadio de Vallecas, el Centro de Natación Mundial M-86, entre muchos otros. Por lo pronto, la empresa pública Canal de Isabel II ha retirado el vallado que rodeaba este monumento, situado a la altura del número 49 de la calle Bravo Murillo, y ha adecuado su entorno para crear una zona estancial de libre acceso. Luego llegarán las obras. Un proyecto de transformación de las instalaciones deportivas Canal de Isabel II, que creará un nuevo eje deportivo y cultural para dar servicio a Chamberí, Tetuán y Moncloa. Los equipamientos existentes, que actualmente cuentan con medio millón de usuarios, se modernizarán y ampliarán, con acciones como la mejora y reubicación de las pistas de tenis de tierra batida, la instalación de una nueva pista de pádel y gimnasios. Igualmente, se reorganizará los espacios aumentando las zonas ajardinadas, que serán compatibles con el uso deportivo, incluyendo un área de gimnasia para personas mayores, otra para entrenamiento al aire libre, así como de tenis de mesa y juegos infantiles. Una de estas superficies verdes se convertirá en verano en una gran playa de piscina de unos 2.500 metros cuadrados, y otra se reservará para uso cultural, con paseos y terrazas ajardinadas. Todo para dar una nueva vida a este Padre Lozoya.