Cargando...

Gastronomía

Probamos el whisky de Alcalá de Henares elaborado con agua de la Sierra de Guadarrama

Complvto y Sir John Moore son las dos marcas de este destilado madrileño, que José López recomienda beber solo y frío, pero sin hielo, para salvaguardar su pureza. Lo catamos en el Salón Gourmets

José López dirige Licores Trampero Jesús G. Feria

José López dirige Licores Trampero, con sede en Alcalá de Henares: “Comencé trayendo vinos del Loira antes de hacerme con la empresa. Y, ya después, empecé a hacer los whiskies en Galicia, pero ahora son madrileños”, nos explica en el Salón Gourmets, donde posee su stand. Es decir, certificados con la "M" de Madrid Calidad por la Comunidad de Madrid. Al contarnos el proceso de elaboración, confirma que “los envejece en bota de roble gallego envinada en Jerez con oloroso durante dos años. Luego, saco el oloroso y meto a dormir el whisky. Es incoloro, como el de un aguardiente. Por eso, me gusta decir que España aporta el color, el olor y el sabor al whisky escocés y así obtenemos el madrileño a través de la madera”, añade mientras nos muestra el “blended” Complvto 5 años, el 9 y el 10, todos con 40 grados, además de la edición especial, con 65,8. Todos a adquirir en grandes almacenes, supermercados y en tiendas especializadas con diferentes precios desde los 12 euros. ¿Observas el color de la madera? Nos pregunta: “Es el mismo whisky, este va directamente de la barrica a la botella y le añado agua de la Sierra de Guadarrama”. Un detalle que poca gente sabe, por cierto: “Date cuenta de que, en la mayoría de los casos, los whiskies los tengo con entre 65 y 75 grados. Cuando lo saco del alambique y los meto a dormir en la bota y luego los paso a la botella, se quedan con 40 grados. Esto quiere decir, que, prácticamente, el 50 por ciento de una botella de whisky es agua de Guadarrama. Aparte de los aromas que coge de Madrid, de la humedad de aquí, es muy importante el agua en los destiladores”. En cuanto lo que aporta ésta, sobre todo, dice, limpieza. Lo asegura, porque cuando lo elaboraba en Galicia, ésta incluía toques de mar, humedad y algas: “El agua de Madrid es mucho más neutra, lo que permite obtener un whisky puro, sin aditivos. Con el oloroso de propia barrica y va haciendo el coupage”.

El resultado es un destilado con unos colores naturales: “Si lo filtras, estás tirando parte de la riqueza de la bebida”. Dicho esto, señala que sus destilados están destinados a cualquier persona sin que haga falta que sea un entendido, pero que sí aprecie sus valores. Respeta a quien los disfruta con un refresco. Sin embargo, nos recomienda beberlo solo y sin hielo, para salvaguardar la aportación del agua maravillosa de Guadarrama. En definitiva, a temperatura ambiente, o frío de la nevera o del congelador, porque no se congela, pero siempre solo: “Mis whiskies son muy generosos y dulces, porque tienen mucha madera, si, encima, añades un refresco de cola, lo estará más y no gusta.

El color, el olor y el sabor los aporta la madera: “Los whiskies escoceses tienen mucho de whisky español”, advierte. ¿Ya no tenemos nada que envidiar al escocés? “Son distintos. Ellos poseen un agua y una cebada distintas y unas maderas que, en su gran mayoría, son francesas. En los siglos XVII, XVIII y XIX lo que hacían los piratas era interceptar los barcos que salían de Cádiz con las botas de Jerez robadas, que se quedaban en Escocia y el sherry se lo bebían las señoras en Londres. Por eso, es tan conocido y la bota española ha sido tan importante”.

Además de la marca Complvto, posee John Moore, que son los whiskies que empezó a elaborar en La Coruña con maltas. Cuenta con un “blended”, con un 30 por ciento de malta, lo que lo hace único, con otro 5 años y otro 16 años “single malt”.

¿Los madrileños somos bebedores de whisky? Continuamos: “Mucho. Prácticamente, el 25 por ciento de lo que se bebe en destilado es whisky; el 21, es ginebra; el 15, es ron, y el cuatro, es vodka. El resto que queda, un 6 o un 4 por ciento, es coñac, tequila, entre otras bebidas: el 25 por ciento de cada cuatro copas una es whisky”.

Hemos hablado de sus whiskies, sin embargo, su producto estrella es el licor de miel Trapero, hecho con unos 150 gramos de una miel de castaño y orujo gallego. Lo suyo es mantenerlo en el congelador y en cuanto en la etiqueta aparece un oso, es que está perfecto para beber.

Como novedad, recién llegado al mercado está el vermut de violeta, con receta del IMIDRA, para armonizar con dulces. Tanto el blanco, con un toque de Jerez, como el clásico rojo recomienda disfrutarlos sin hielo, fríos de la nevera, con unas gotas de ginebra seca y otras dos de lima para que resulten más aromáticos y ricos. A su lado, siempre unas gildas.

Por último, nos habla de sus aceites de oliva virgen extra. Uno de ellos, el Complvtvm, situado dentro de los catorce con denominación de origen, y el Vubillo, sin ella, pero madrileño. También, entre otros productos, del licor de café, del de guindas, de hierbas, de la crema de licor, de las dos ginebras, la dry y la de fresa, del ron, además de referirse a los vinos y a los espumosos del Valle del Loira.