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Puesta al día

El reloj de la Puerta del Sol dejará de dar la hora por primera vez en 30 años

La maquinaria está siendo desmontada, limpiada y ajustada y estará una semana sin marcar las horas

En la torre que alberga el icónico reloj de la Puerta del Sol, el mismo que cada Nochevieja marca el inicio del año con sus 12 campanadas, Jesús López Terradas, uno de los tres relojeros que cuida la joya de la Real Casa de Correos, mira con esmero cada una de las piezas. Conoce perfectamente el sonido de la maquinaria. “Aquí falta aceite, lo sé por el sonido que emite al girar una de las piezas”, cuenta a LA RAZÓN. El reloj está siendo sometido a una restauración tras 30 años de funcionamiento ininterrumpido. La compleja maquinaria, que desde 1866 preside la Puerta del Sol, está siendo cuidadosamente desmontada, limpiada y ajustada por los relojeros de la Relojería Losada.

"Este reloj lleva 30 años funcionando día y noche sin parar. Con el tiempo, las piezas se desgastan y es necesario corregir los defectos para que pueda seguir funcionando otros 30 años", explica López Terradas. Aunque la maquinaria es extremadamente resistente, el paso del tiempo deja huella. "¿Cuántas máquinas pueden trabajar 30 años sin descanso?", dice el relojero para dar una idea de la calidad de la maquinaria.

El mantenimiento de esta joya de la ingeniería no se realiza con una periodicidad fija, sino cuando se detectan signos de desgaste. "Conocemos perfectamente la velocidad de las campanas y el estado de la maquinaria. Es como los médicos cuando examinan a un paciente: detectamos signos de desgaste y sabemos cuándo es el momento adecuado para intervenir", añade el especialista.

El proceso de restauración ha comenzado con el desmontaje de la parte del mecanismo que marca las horas. “Hay una diferencia de color entre las piezas, porque la parte que da las horas ha sido desmontada, llevada al taller, limpiada, engrasada y restaurada", explica. Ahora, el equipo se centra en el sistema de los cuartos, la "ansonería de los cuartos", encargada de hacer sonar las campanas cada 15 minutos y, en especial, en la noche de Fin de Año.

Uno de los momentos más importantes de la restauración será cuando el mecanismo de movimiento se detenga completamente, lo que hará que las agujas del reloj queden inmóviles por primera vez en tres décadas. "Estará parado aproximadamente una semana", confirma el relojero.

A pesar de la restauración, “la misma maquinaria de siempre. Este reloj se instaló en 1866 y solo ha sido restaurado con el tiempo", destaca López Terradas. En caso de desgaste, las piezas se pulen y se restauran, sin sustituir la maquinaria original.

El proceso de restauración tiene una duración estimada de dos semanas, aunque el reloj solo estará detenido durante una. "Hemos organizado el trabajo de manera que las agujas sigan funcionando el mayor tiempo posible", señala el experto.

El reloj de la Puerta del Sol es más que un mecanismo de engranajes y pesas y cada semana, los relojeros acuden a subir las pesas, limpiar y engrasar las piezas para garantizar su perfecto funcionamiento. "Es casi como nuestro niño", confiesa López Terradas con una sonrisa.

El relojero, que ya es una figura reconocida entre los madrileños, al que paran incluso por la calle, asume con orgullo la gran responsabilidad de mantener en funcionamiento uno de los relojes más emblemáticos del país. "No es lo mismo reparar el reloj de un amigo que el de la Puerta del Sol. Si este reloj se para, todo el mundo lo nota", concluye.