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Sergio Alguacil: la vuelta del slasher o cómo empatizar con el asesino

El intérprete acaba de estrenar en cines su primera película, «Slasher», dirigida por Alberto Armas

Entrevista al actor Segio Alguacil
Entrevista al actor Sergio Alguacil. David JarDavid JarFotógrafos

¿Qué se siente al verse a uno mismo en la gran pantalla? Sergio Alguacil lo tiene claro: «Plenitud». Se define a sí mismo como un chico sencillo. Aunque, siendo sinceros, realmente tiene aspiraciones muy altas. Empezó su carrera como actor en Disney Chanel a los 19 años y, a partir de ahí, comenzó a estudiar interpretación en la escuela Primera Toma de Madrid. Empezaron a surgir, así, proyectos como las series «Servir y Proteger», «Por H o por B» y «17 minutos con Nora». Hasta que llegó la película que ha puesto su rostro en los cines, «Slasher», de Alberto Armas. El film, que ha recibido el reconocimiento del Festival Internacional de Cine de Terror y ya ha proporcionado a Alguacil un premio como mejor actor del Festival Caligari, se estrenaba en los cines madrileños el pasado viernes, 9 de junio.

Y, sí, es una película «slasher», ese subgénero dentro del cine de terror que vivió su edad dorada en la década de los 80 y que se caracteriza por unas tramas centradas en un asesino que mata a sus víctimas, generalmente adolescentes, en busca de venganza –¿quién no se acuerda de «Halloween» o «Sé lo que hicísteis el último verano»?– y que, a pesar de su gran popularidad, no ha conseguido nunca ser valorado por la crítica. Y el terror, en general, tampoco es el género favorito de Alguacil, que prefiere la ciencia ficción. «Nunca me había gustado el terror en sí, creo que, de hecho, es el género que menos he visto, pero rodarlo es completamente distinto», asegura. «Me ha encantado rodarlo, y luego verlo en pantalla es una pasada. Y, aunque me impresionó bastante cuando me la ofrecieron por la historia que es, he de decir que no es un miedo de suspense o de espíritus, que esas sí que dan mucho miedo, es otra cosa».

«Slasher», de hecho, le da la vuelta al género para presentarnos la persona que hay detrás de la máscara del asesino. Alguacil interpreta a Julio, a quien, en el día de su 18 cumpleaños, su madre le regala una máscara como la que utilizaba su padre, desaparecido años atrás, para cometer sus asesinatos. Aparece, en ese momento, un grupo de amigos que se instala un fin de semana en una casa rural cercana, ante lo cual Julio debe decidir entre si continúa con la tradición familiar de ser asesino o abrazar el amor y la amistad que, por primera vez en su vida, acaba de conocer.

«Expresar ese debate interno en pantalla es complicado, sobre todo porque Julio no es una persona muy expresiva, y cada vez lo va siendo menos y encima mientras mata va con una máscara puesta», explica Alguacil, quien reconoce que, además, el personaje es completamente lo contrario a él». No por el hecho de ser un asesino, sino por esas ganas de seguir los pasos paternos. «Yo he roto con todos los patrones de lo que tengo alrededor», bromea, «pero sí que puedo entender a Julio». «Es lo que ha vivido, en lo que se ha criado. Es como la caverna de Platón, por decirlo así, porque él solo conoce eso, y entonces claro que le entiendo en ese sentido. Sólo tiene a sus padres, no tiene amigos en el pueblo… No tiene la posibilidad de que alguien le muestre otra realidad hasta que llegan estos chicos».

Este género tan ninguneado en muchas ocasiones cobra, así, una nueva vida. «Creo que un buen cine, obviando el presupuesto, se saca a base de ganas, amor y, sobre todo, tener buenas ideas», continúa. Y, en este caso, «se decidió hacer esta película por lo original que era. Es un género slasher pero está contado de una manera distinta a la habitual, se le da la vuelta a la historia». De esta manera, lo que ha hecho Alberto Armas «es contar cómo el asesino, que en otras películas es poco más que una máquina de matar estática, ha llegado a serlo». Qué es lo que hay detrás». Todo ello con una única idea detrás, que no es otra, en definitiva, que la de llegar a empatizar con el personaje. «Es algo que se consigue sobre todo porque le conocemos también sin máscara, conocemos su historia, y entonces ves cómo decide hacer lo que hace. Al final conoce algo que está fuera de la burbuja en la que vive, y ahí es sobre todo donde se empatiza con él».

EL SUEÑO DE UN VUELO DE IDA A LOS ÁNGELES

►En la profesión de actor no hay término medio. «Puedes tener muchísimo éxito o pasarte años intentándolo», dice Alguacil. Pero él tiene claro que va a poner todo lo que esté en su mano para cumplir el sueño de alcanzar la cima del cine en Hollywood. Ya tiene un vuelo de ida a Los Ángeles para el mes de octubre. «Amo el cine, y en España estamos haciendo cosas muy buenas, pero, para mí, esa es la cumbre», asegura. ¿Planes para su llegada? «Improvisar. Entraré en una escuela de interpretación en inglés y, a partir de ahí, ya iré viendo. Todos los días recibo comentarios de lo difícil que es. Los escucho y los acepto, pero intento no compartirlos. Es que no me imagino haciendo otra cosa».