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Medio Ambiente

Investigación oceanográfica en las aguas de Cádiz y Angola

Campañas científicas de buques españoles evalúan los caladeros de pesca y analizan ecosistemas, relieves y fondos marinos

El buque Odón de Buen, del IEO_CSIC, comenzará a navegar en 2025
El buque Odón de Buen, del IEO_CSIC, comenzará a navegar en 2025La RazónLa Razón

Estudiar los mares y océanos, y todo lo que se relaciona con ellos,, de lo que se ocupa la Oceanografía, aparte de aportar conocimientos imprescindibles para conocer los ecosistemas, relieves y fondos marinos, para protegerlos. Y es también imprescindible para la toma de decisiones en la gestión de los recursos pesqueros.

Los buques oceanográficos Vizconde de Eza y Miguel Oliver son dos de los barcos que realizan esta labor en España junto con el Emma Bardán, todos ellos pertenecientes al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, (MAPA), y entre los tres cada año emplean más de 500 días en diferentes campañas investigación oceanográfica, tanto en aguas nacionales como internacionales.

Golfo de Cádiz y Angola

El buque Miguel Oliver en estos días está en el Golfo de Cádiz llevando a cabo la campaña ARSA 1122, para evaluar el estado de los recursos pesqueros en esa zona así como caracterizar del medio marítimo. Aunque en ese área se hacen campañas anuales de manera sistemática, ARSA1122 forma parte del proyecto PESCADIZ , del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), para obtener información independiente sobre el estado de los caladeros para su sostenible.

La evaluación de las poblaciones de especies comerciales tanto de peces como de crustáceos y moluscos, permite conocer su abundancia, su distribución por zonas y por tallas y otros datos biológicos. También se obtienen datos de contaminación de las muestras. Todas esta información se considera imprescindible para conocer el estado de la pesquería, en este caso de la del Golfo de Cádiz. Pero las información que buscan todas las campañas de este tipo es similar, independientemente de las aguas en las que se desarrolle.

Por ejemplo, las de Angola. Que es donde va a desarrollar el buque Miguel Oliver la campaña «Angola2211» para la que zarpó hace unos días del puerto de Vigo. En las costas angoleñas la dirección científica de la misión estará a cargo del Instituto Español de Oceanografía y el objetivo es similar: evaluar el estado de las poblaciones de peces, crustáceos y cefalópodos de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país africano. Esta es una de las habituales campañas de cooperación internacional de colaboración y formación que llevan a cabo los buques de investigación oceanográfica s del MAPA, sobre todo con países socios, para promover la mejor gestión posible de los caladeros locales y el desarrollo sostenible.

Las función específica de los buques oceanográficos requiere a su vez que esos tengan unas características específicas. Huelga decir que los laboratorios especializados, biología, física, acústico e informática,-con sus correspondientes instrumentaciones científicas-, además se las ecosondas y radares , son imprescindibles a bordo, y tanto el Miguel Oliver como el Vizconde de Eza, cuentan con ellos.

El Odón de Buen, en construcción

Tan importante como los laboratorios, sondas y radares es la tecnología para la navegación que incorporan estos buques. Lo más importante es que puedan realizar una navegación silenciosa cuando ya están en el punto de desarrollo de la misión.

De hecho, existe una normativa, ICES 209, sobre emisión de ruidos y vibraciones en barcos de investigación, que han de cumplir. Y que ya cumple el Miguel Oliver.

Y que también cumplirá el Odón de Buen, el nuevo buque del Instituto Español de Oceanografía, IEO-CSIC, que está actualmente en construcción en el astillero Armón de Vigo.

Este buque comenzará a operar en 2025 y estará dotado de tecnología de propulsión eléctrica que hará posible una navegación silenciosa y sin vibraciones, así como con mínimas emisiones de CO2.

«Estos barcos, por la función que realizan, han de ser especialmente silenciosos para perturbar lo mínimo posible el hábitat y las condiciones naturales del lugar donde van a realizar la investigación o

la toma de muestras. Porque, si no es así, la fauna marina es que simplemente se va», explica Mario de Vicente, responsable comercial de Sector Marino de Ingeteam, empresa vasca que suministrará los motores eléctricos y convertidores de potencia para el Odón de Buen. Esa condición obliga a que «los motores deban ser especialmente silenciosos. Es decir, si un motor eléctrico ya de por sí lo es, estos barcos requieren unos específicos mucho más silenciosos aun. En esto, el Grupo Ingeteam ha destacado especialmente en los últimos 20 años y hemos desarrollado y conseguido suministrar a muchos buques oceanográficos, de manera que cumplen con la exigente normativa internacional sobre ruido y vibraciones».

Otro de los componentes imprescindibles con los que debe estar dotado son los sistemas de posicionamiento dinámico, «para ubicarse de manera precisa en el punto en el que se necesita estar sin variar la posición para poder asociar la información que recabe a ese punto, incluso en condiciones de mala mar u otras circunstancias climatológicas adversas».

Al buque Odón de Buen le van a diferenciar más cosas de los demás: con 85 metros de eslora y 18 de manga, será el mayor de su tipo de España y tendrá 50 días de autonomía de navegación. Además, contará con soluciones tecnológicas que le permitirán investigar en todo tipo de hábitats, en todos los océanos, incluidas zonas polares y de profundidades de más de 6,000 metros.