Verde

Turismo sin dejar huella y sin llevarse lo que no se debe

La naturaleza no es un souvenir, como resumen de os principios de la Organización Mundial del Turismo para el viajero responsable

Pie de foto: Aspecto de los rodolitos de una playa de Fuerteventura, Islas Canarias
Pie de foto: Aspecto de los rodolitos de una playa de Fuerteventura, Islas Canarias Dreamstime

Las curiosas piedrecitas blancas, que alfombran la playa del Bajo de la Burra, en la isla de Fuerteventura, no son tales piedras. Son rodolitos. Restos de algas calcáreas, que viven en el fondo marino, son de color rosado y ruedan a merced de las corrientes, y así adquieren esa forma globosa característica. Tienen un crecimiento muy lento, unos pocos milímetros por año y las más pequeñas son arrastradas a la orilla creando ese paisaje blanquecino que de unos años a esta parte y por mor de las redes sociales, atrae a miles de turistas a ver ese espectáculo natural, que ahora llaman la Playa de las Palomitas. Hasta ahí, bien.

Lo malo es que a muchísimos no no les vale solo la foto para el recuerdo, sino que se quieren llevar un puñadito a casa. Se dirá que por un puñadito, no pasa nada. Pero muchos puñaditos de los miles de turistas que van anualmente a esas playas puede ser un auténtico saqueo de algo que ha necesitado muchos años para desarrollarse y forma parte del ecosistema. Y ahí empieza el problema. Tanto que en el aeropuerto de Fuerteventura se llegan a incautar kilos y kilos de estos corales. Lo que ha obligado a las autoridades isleñas a implantar medidas para evitar esas sustracciones y reponer los rodolitos en las playas.

Disfrutar y dejar en su sitio

Es un ejemplo, extremo pero real, de lo que ocurre si los turistas no aplican allá donde van los principios del turismo sostenible. Que tratan de reducir al máximo los impactos sociales, económicos y ambientales negativos en los destinos visitados. Y que es una decisión individual.

Establecidos por la Organización Mundial del Turismo, se adaptan a cualquier destino y en España los recogen todas las guías de turismo responsable elaboradas por las distintas administraciones públicas en las recomendaciones a los visitantes.

Sobre medio ambiente, aparte de reducir el consumo de agua, energía y envases, todas inciden en lo mismo: respetar la vida silvestre y los hábitats naturales, no introducir especies invasoras ni llevarse ni adquirir flora o fauna protegida ni productos derivados de ellas. Resumido todo ello en tratar de dejar tras de sí una huella mínima.

Fuerteventura son los rodolitos y en otro sitio pueden plantas lo que llame la atención. Pero «aunque parezca inofensivo, no se deben traer en la maleta flores, semillas o frutos de países de fuera de la Unión Europea. No sabemos si ese vegetal lleva un organismo nocivo y, por tanto, causar un daño», explica Laura Hernández, jefa del Servicio de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Alertar de ese riesgo es el objetivo de la tercera campaña #PlantHealth4Life de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), que en España impulsa el. MAPA.

«Hemos de ser conscientes del papel que tenemos para proteger nuestras plantas y ecosistemas frente a eventuales plagas», advierte la experta. De hecho, está prohibido hacerlo y podría ser objeto de sanción.

El mensaje que lanza la campaña es que en vez de traer un esqueje o una flor o un fruto exótico, «es mejor esperar a volver del viaje, buscarlo y comprarlo dentro de la UE a un operador profesional que garantice que ese material cumple con toda la normativa europea de sanidad vegetal, acreditada por el pasaporte fitosanitario».

Y, si la compra «la realizamos a través de internet, es obligatorio que nos proporcionen ese pasaporte fitosanitario que acompaña a los productos vegetales en su movimiento por la UE y acredita que están libres de plagas».