¿Cuáles son las letras prohibidas en las matrículas españolas?

De la misma forma que todos los ciudadanos españoles están obligados a disponer de un documento identificativo, cada uno los coches, motos y camiones que circulan por nuestras carreteras también cuenta con una matrícula propia que lo identifica. Básicamente, una matrícula es una combinación de números y letras que se graba sobre una placa metálica que se coloca en la parte frontal y en la parte trasera del vehículo. De esta forma, las autoridades pueden acceder con relativa facilidad a algunos datos interesantes del vehículo, como quién es su propietario o en qué año fue matriculado.

La gran mayoría de los vehículos del parque móvil español utiliza la “matrícula ordinaria”; que es una placa que se compone por cuatro dígitos, tres letras consonantes (menos la Ñ y Q) y una banda azul en el lateral izquierdo, que referencia a su pertenencia a la Unión Europea. Ahora bien, este tipo de matrícula no es el único, solo es el más común. También existe una matrícula específica para los vehículos históricos, para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, para los remolques, para los taxis y las VTC, para los cuerpos diplomáticos de los diferentes países, etc.

Las primeras matrículas que obedecen a este formato “ordinario” se pusieron en circulación el mes de septiembre del año 2000. La reforma se hizo conjuntamente con el resto de países de la Unión Europea, de forma que el diseño de las matrículas de todos los países miembros estuviera estandarizado y fuese el mismo en todos los países. Ese es el motivo por el que no vamos a encontrar ningún coche que incluya en la matrícula la letra Ñ, que es una letra que se utiliza únicamente en los países de herencia ibérica (también Portugal).

Las matrículas prohibidas

Curiosamente, cuando se comenzaron a producir aquellas nuevas matrículas, muchas personas encontraron bastante llamativo que estas secuencias no comenzaban con la letra A (como habría sido lógico, ya que se producían en orden cronológico). En realidad, las secuencias identificativas de las nuevas matrículas comenzaban por la letra B. Es decir, que cualquier vehículo que se matriculase a partir de aquel momento se identificaría con las letras BBB… y no con las letras AAA.

Esto fue así porque las autoridades europeas decidieron que las vocales quedarían excluidas del sistema de matriculación. ¿El motivo? Que incluir vocales habría dado lugar a que se hubiesen formado combinaciones malsonantes (como ‘PIS’, ‘ANO’, etc.), acrónimos insultantes o confusos, (como ‘ETA’, ‘ONG’, ‘PCE’, etc.) o nombres propios (como ‘EVA’, ‘ANA’, etc.).

Asimismo, combinaciones como la 'QU' o la 'LL' tampoco se contemplan, a pesar de que hay personas que las incluyen en sus abecedarios. También quedó excluida la letra 'Q' porque podría crear confusiones con la letra 'O'. Y es que, si queremos que un sistema de matriculación sea útil, debe permitir que un vehículo pueda identificarse de inmediato... sin que quede ningún atisbo de duda.