Crítica de cine

«Muertos de amor»: Un tema serio

Dirección: Mikel Aguirresarobe. Guión: Juan Ramón Ruiz de Somavía, M. Aguirresarobe. Intérpretes: Javier Veiga, Ramón Esquinas, Marta Hazas. España, 2011. Duración: 98 min. Comedia.

«Muertos de amor»: Un tema serio
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El mayor problema de la película que firma el lanzado Mikel Aguirresarobe es que intenta hacer comedia con un protagonista masculino que resulta un maltratador en ciernes. Y, sí, celebras las trapisondadas de este señor manco que despacha sus cuitas sentimentales ante un psicólogo que no le presta atención hasta que, ya avanzada la cinta, caes en la cuenta de que no estamos frente a un simpático tipo que sufre celos patológicos, sino ante un energúmeno capaz de pillar una escopeta y pegar el susto padre. Ángel, ex camarero del Hotel Ritz hasta que pierde un brazo y ahora en el paro, dedica cada jornada imaginando que su mujer le trai- ciona con cualquiera. Hasta que el asunto toma visos de realidad cuando la chica, cansada de aguantarlo, consigue un trabajo en el restaurante Michelin de moda y el chef (menudo personaje desdibujado y feo éste) siente una atracción instantánea por ella. El filme languidece en el camino porque no sabe a quién prestarle más atención, si al obsesivo Ángel o a la chica que vislumbra una vida distinta mientras alrededor suceden cosas raras con un señor de fuerte acento catalán, el hermano escritor del cocinero y una prostituta con ganas de boda. Un clarificador final ratifica lo antesdicho: ¿podemos reírnos de todo, en serio?