Abusos a menores

Omella condena los presuntos abusos de la Iglesia

El cardenal arzobispo pide «limpiar todo lo que sea necesario», en referencia a la polémica de estas semanas

En la imagen, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que se mostró crítico con los casos denunciados
En la imagen, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que se mostró crítico con los casos denunciadoslarazon

El cardenal arzobispo pide «limpiar todo lo que sea necesario», en referencia a la polémica de estas semanas.

El cardenal arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, condenó ayer los presuntos abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia en Cataluña, y pidió «asumir y limpiar todo lo que sea necesario».

En declaraciones a TV3 recogidas por Ep, Omella que acudió a la reunión plenaria de la Conferencia Episcopal Tarraconense acompañado de sus dos obispos auxiliares, llamó a la Iglesia a ser valiente» con este asunto.

«Lo que está mal hecho, está mal hecho y punto», sostuvo Omella, que apeló a que la Iglesia y la sociedad sean conscientes y se corrija.

Todo viene de lo sucedido en las últimas semanas, con muchos episodios relacionados con la pederastia y la Iglesia, especialmente en la abadía de Montserrat y Tarragona. estos hechos han tenido consecuencias, como el traslado de algunos religiosos.

Por su parte, el obispo de Vic, Romà Casanovas, afirmó que hablarán de estos presuntos abusos en la reunión, y añadió que «es un tema que nos impacta a todos».

El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés, calificó los casos de muy lamentables, y aseguró compartir el sufrimiento «de la gente, de las comunidades y, por supuesto, de las víctimas».

Dimisión

El obispo de Tarragona, Jaume Pujol, dejó el cargo en plena polémica por su defensa de dos curas apartados por las denuncias de abusos sexuales. En una nota, el arzobispado tarraconense se limitó a explicar la renuncia en base al código de derecho canónico, que obliga a los obispos a presentar al Papa su dimisión al cumplir 75 años.

La pasada semana, la última en el cargo de Pujol, perteneciente al Opus Dei, fue un poco complicada. Apoyó a dos párrocos de Arbeca (Lleida) y Constantí (Tarragona), que fueron apartados de sus funciones por presuntos abusos sexuales a menores. Pujol consideró que los abusos denunciados no son «tan graves» como para que ambos párrocos sean secularizados, esto es, expulsados de la Iglesia.

«A veces pienso: ¿Y no hay un mal momento, en un cura?», se preguntó Pujol, que insistió en que «puede haber un mal momento en la vida» que lleve a los párrocos a «hacer una cosa de la que quizás se arrepentirán toda la vida», en referencia a los tocamientos a niños y jóvenes. El obispo defendió su gestión con las familias al conocer los abusos. Explicó que transmitió las denuncias a la Santa Sede, que no vio suficiente relevancia penal a los tocamientos como para acudir a los juzgados. El expediente eclesiástico se cerró sin sanción para los curas. «Pasado el tiempo consideré que podrían volver a ejercer y los volví a nombrar rectores de parroquias con toda conciencia», relató Pujol, que apostilló que «para mí, no son unos desgraciados».

Tras el revuelo generado por sus declaraciones, Pujol matizó que «tener un mal momento no rebaja la importancia» de los abusos. «Cualquier actuación de este tipo es gravísima», agregó. Falta por ver en los próximos días si se descubrirán más casos de presuntos abusos a menores en los últimos años.