Opinión
Otro error de Colau
Una lección de responsabilidad. Es la que ha vuelto a dar Felipe VI en Cataluña asumiendo intachablemente su papel. Representa al Estado, pese al cerril griterío, apoya el Mobile World Congress, que la alcaldesa de Barcelona se empeña absurdamente en poner en riesgo. Ada Colau dejó plantado al monarca en el acto inaugural porque según ella apoya «la represión». Esto es, la aplicación del Estado de Derecho ante una consulta ilegal y una rocambolesca declaración unilateral de independencia, desplegando el 155 para detener el golpe de Estado y poner a disposición de la Justicia a sus autores. Curiosa manera tiene Colau de percibir las circunstancias que la rodean. Sin duda, la vulneración de la legalidad por el separatismo ha tenido efectos dañinos para Cataluña: la huida de más de tres mil empresas, el desplome del comercio y de las reservas turísticas, el descarte de Barcelona como sede de la Agencia Europea del Medicamento... Los propios responsables del MWC se plantean su continuidad. Y esa perniciosa inestabilidad solo es achacable al independentismo. Sin embargo, lejos de soltar lastre, Colau insiste en el error de confluir con los que únicamente buscan agravar el problema. De hecho, cada gesto suyo va contra el orden constitucional. Ahora, con su ofensa institucional al jefe del Estado, llega al summum en su viaje «colaboracionista». Con seguridad, Barcelona le hará pagar cara su estupidez. El reverso de la moneda es Felipe VI en traje de faena, proyectando a través de tan importante foro internacional la normalidad democrática de España.
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