Los puntos sobre las íes

Sánchez no es un pobrecito engañado

Lo más llamativo fue, nuevamente, su tonito lastimero, como si fuera la víctima de unos estafadores.

Lo más grande desde el punto de vista psicopático de la alocución de Pedro Sánchez en el Pleno anticorrupción fue el minuto 1. El inquilino monclovita puso la primera piedra de una intervención banal y embustera a partes iguales avanzando que iba a hablar de los casos de corrupción que «por lo que parece implican» a sus dos históricas manos derechas: José Luis Ábalos y Santos Cerdán. «Por lo que parece» están envueltos en el cobro de comisiones y en el enchufe de prostitutas en empresas públicas; «por lo que parece» están imputadísimos y «por lo que parece» hay audios en los que hablan sin tapujos de trinques con Koldo García. El por no mucho tiempo presidente esbozó, para empezar, una serie de medidas chorras entre las cuales hay una que constituye un estratosférico insulto a nuestra inteligencia: «Estamos elaborando nuestro plan anticorrupción en colaboración con la OCDE».

¿Y qué es la OCDE? Ni más ni menos que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, una institución que no sirve para nada pero que en cualquier caso no tiene entre sus misiones la lucha contra el latrocinio. Punto. Hubo periodistas que horas más tarde telefonearon a la OCDE para preguntar por la cuestión y recibieron la respuesta esperada: «No tenemos nada que ver con el Plan Anticorrupción del Gobierno español». Pero lo más llamativo fue, nuevamente, su tonito lastimero. Volvió a dirigirse a los españoles como si fuera la víctima de unos estafadores que, casualidades de la vida, iban a su lado en el Peugeot 407 con el que recorrió España en la campaña de las Primarias en 2017.

Durante cinco meses pasaron más noches entre ellos que con sus mujeres. Y 150 días dan para conocer perfectamente a una persona. Pero, más allá de lo que dicta la más elemental de las intuiciones, están los hechos. Sánchez encargó a Ábalos y Cerdán la financiación no sólo de las Primarias sino también de las campañas electorales celebradas desde que volvió a mandar en el PSOE. Que para algo eran secretarios de Organización. Y sobra apostillar que se abonaron con dinero sucio. El marido de la también presunta delincuente Begoña Gómez largó a su ministro de Transportes en 2021 porque sabía lo que se estaba cociendo. El hermano del procesado David Sánchez cometió un delito de revelación de secretos al soplar a Ábalos el 28 de septiembre de 2023 que la UCO estaba investigando a Koldo García. El jefe del fiscal general al que piden seis años de cárcel fue informado vía CNI de que ninguno de los tres era trigo limpio. Y, a más a más, hay que recordar que el yerno a título lucrativo del proxeneta Sabiniano Gómez conocía perfectamente que Koldo había inmortalizado a Cerdán parlando de mordidas –porque lo había desvelado Okdiario– cuando defendió su honorabilidad y le invitó a cenar en Moncloa con esa Paqui que cobra una pensión por incapacidad en un pie pese a estar en mejor forma que Mbappé o Lamine.

No contento con eso, Sánchez se quejó, cual pollito Calimero, de que el ahora vecino de Soto del Real le había mentido «en la cara». Es imposible que te engañen cuando sabes toda la verdad. De primero de Perogrullo. Contemplar a Sánchez hablar de iniciativas anticorrupción en el Congreso es como si hace 40 años hubiéramos visto a Pablo Escobar lanzando una perorata contra el narcotráfico en el Parlamento de Colombia o a Luis Roldán hace 30 sermoneando sobre ética. Dadaísmo puro. No es la víctima, no se la han colado, es el gran victimario, el capo di tutti capi.