Opinión

Dislate en Ciudadanos

Todo lo que ocurre en España en los últimos meses, hay que analizarlo en clave electoral. Vivimos en una permanente campaña electoral. Y eso no es bueno. Y no lo es porque no acertamos a saber bien si este postureo responde a esta coyuntura, o si en realidad nuestros políticos dicen lo que realmente piensan. Y viene esto a cuento de lo que está ocurriendo en Andalucía en las negociaciones entre PP, Cs y Vox, para conformar una mayoría parlamentaria que sustente al nuevo gobierno autonómico. Y lo que sucede es que el partido de Rivera ha retrasado el pacto con el PP porque no le gusta la presencia de Vox en esta mayoría. Han mostrado su discrepancia de la negociación que los populares han llevado a cabo con el partido de Abascal y, como gesto de esta discrepancia, han invitado al PSOE a pactar la composición de la Mesa del Parlamento. Un decir. No quiere Cs que su imagen de partido centrista, que tan buenos resultados –dicen– les daría en las próximas convocatorias quede salpicada por un pacto con Vox. Por eso se han inventado una cosa absurda: que el PSOE evite este pacto absteniéndose en la investidura del nuevo presidente andaluz. De esa manera, responsabilizaría a los socialistas de provocar que el Gobierno andaluz «dependa de la extrema derecha». Es decir, que Susana Díaz debería abstenerse en la votación del candidato del PP a pesar de haber ganado las elecciones y así repetir lo que hizo aquel PSOE presanchista en la investidura de Rajoy. Otro dislate. Pero en estas estamos y, aunque el pacto final lo veremos en enero, no dejar de ser esta actitud un reflejo del actual riverismo en estado puro. Aunque tanto tactismo quizá termine pasándoles factura.