Opinión

Doble traición

Nunca hubo en la reciente historia democrática de España un hecho similar: que el candidato número uno de un partido, plante a su candidatura, para encabezar otra que además compite con la antigua por el mismo espacio electoral. La cosa se agrava si su ticket se completa con otra traidora –Manuela Carmena– que ya dejó su antigua plataforma para encabezar también la suya. Cosas de la nueva política.
Pero la decisión de Íñigo Errejón no podía quedar impune. Y traición con traición se paga: ayer Podemos tumbó el decreto ley sobre alquileres que había aprobado el Gobierno. «Vamos a votar en contra porque no recoge los acuerdos que pactamos con el Presidente», dijo Irene Montero. ¿Y esto qué tiene que ver con Errejón? Pues de momento bastante.
El partido socialista sigue sin desvelar su candidatura al Ayuntamiento de Madrid lo que, inevitablemente, va debilitando sus opciones, aumentadas tras conocerse ya una amplia lista de nombres que han rechazado encabezarla. Así las cosas, la antigua Federación Socialista madrileña empieza a intuir que sus posibilidades de alcanzar la alcaldía o la presidencia de la Comunidad –por intercambio de apoyos– se diluyen con la fuerza de la plataforma de Carmena y Errejón. Y si el PSOE lo percibe, Podemos lo tiene aún más claro. Después de cargar con la parte más dura de la negociación presupuestaría –aquella que tuvo que hacerse en la cárcel– Pablo Iglesias ha visto esfumarse en un día sus posibilidades de acceder a una de las dos poltronas madrileñas. El aviso al PSOE no es gratuito. El Gobierno de Sánchez había conseguido aprobar en estos meses 17 decretos leyes; pero ayer dejó de tener garantías de que consiga apoyos para los futuros. Podemos vuelve a tener al Gobierno donde querían: en sus manos. Y de paso, manda un aviso para antes y después de los pactos de mayo... vista la jugada de Errejón.
Y es que dicen que la derecha es cainita, pero la izquierda tampoco le va a la zaga.