Opinión

Sánchez o la sublimación de Cela

Pedro Sánchez, como recuerda con frecuencia, es sobre todo un superviviente. Nadie mejor que él, por eso, para escribir un «Manual de resistencia» (Península), como el que aparecerá el 19 de febrero. El presidente del Gobierno, consciente o no, es quizá el mejor discípulo del Camilo José Cela, el Nobel que, en 1987, en su discurso tras recibir el Premio Príncipe de Asturias afirmó, mientras se dirigía al entonces Príncipe Felipe, hoy Rey, «en España –y os lo digo Alteza porque sois joven y español– el que resiste, gana», adaptación de la máxima latina «quit resistit, vincit», atribuida a Persio.

Pedro Sánchez, además de resistir, sobrevive en un escenario que muchos, y también un personaje de Cela en Madera de Boj, entienden «demasiado revuelto». El inquilino de la Moncloa, sin embargo, coincide con el novelista porque «esto no va más que algo revuelto», aunque «procura no decirlo». El líder del PSOE se aferra al sueño de aprobar los Presupuestos, pero acostumbrado a resistir y a desenvolverse en ambientes revueltos, tampoco se obsesiona. Él seguirá hasta el final, con o sin las grandes cuentas del Estado. Nadie le garantiza nada el día después de las próximas elecciones y, por eso, no hay que arriesgarse por anticipado. Esperaba, sin embargo, que la baza del mediador o relator le serviría, y tampoco contaba con la posibilidad de que se volviera en contra. Descartaba grandes adhesiones, pero tampoco contaba con muchas de las reacciones adversas, desde Lambán (Aragón), García Page (Castilla-La Mancha) o la ex-portavoz Soraya Rodríguez, la mujer que ocupó ese puesto en tiempos de Rubalcaba porque Eduardo Madina no se atrevió a aceptarlo. Además, Alfonso Guerra, que por coincidencia presentó ayer –con lleno hasta la bandera– su libro «La España en la que creo», habló de «saltaeadores», aplicable a quien se desee, pero alusión dirigida a los independentistas, y aprovechó para decir que lo del mediador es un «desatino».

Elsa Artadi, consejera de la presidencia de la Generalitat, respondió a su «amiga» Carmen Calvo que el mediador es necesario porque los socialistas les dicen unas cosas en privado y luego otras en público. Una forma de tensar más la cuerda, a pesar de la cesión del Gobierno. Puigdemont y Junqueras compiten por la clientela radical y nadie quiere ser el primero en asumir el apoyo presupuestario para no ser tildados de débiles. En cualquier caso, todavía todo es posible, pero lo que sí está claro es que Pedro Sánchez, que sublima a Cela, resistirá. «Después de mí, el diluvio».