Demoscopia

Vivienda, jóvenes de derechas y voto útil para "echar a Sánchez": los deberes de Feijóo para robar votos a Vox

El giro al centro del PP ha dejado una bolsa de 1,4 millones de votos en manos de Santiago Abascal

Voto PP y Vox
Voto PP y VoxT. NietoLA RAZÓN

Alberto Núñez Feijóo tiene una oportunidad de cara a las próximas elecciones: puede crecer a costa de Vox. Y puede crecer mucho. Pero para ello tendrá que prestar atención a una parte muy específica de los votantes de Santiago Abascal.

Según un análisis de NC Report para LA RAZÓN, el PP tiene margen de crecimiento en el electorado más derechizado de Vox. Esto son, principalmente, personas menores de 45 años y con preocupaciones como la vivienda, la inmigración, la sanidad o el empleo. Además, siempre puede complementar su estrategia con el voto útil, con el objetivo compartido de echar a Pedro Sánchez del Gobierno. Con esos deberes hechos, subirá.

El análisis de NC Report muestra que el PP se ha adueñado de gran parte del espectro ideológico, desde la derecha-derecha al centro-izquierda. Por el contrario, el PSOE, radicalizado, se está quedando arrinconado en la parte más a la izquierda y está ausente en el centro-centro, donde el PP acapara ya el 64,8% de ese voto de centro. Vox, por su parte, resiste entre los votantes más radicales de derechas.

Analizando los electorados del PP y Vox, llegamos a la conclusión de que comparten grandes semejanzas.

El PP tiene 3,8 millones de votantes situados en el centro-centro. Vox, un millón. En el centro-derecha, los de Feijóo cuentan con 2,6 millones y Vox con 1,2 millones. En la derecha-derecha, los populares reciben 1,5 millones de votantes y Vox 1,4. Esto significa que ambos partidos se están solapando actualmente en todos los segmentos ideológicos.

El votante del PP tiene más tendencia al centro político, ya que el 45,1% se considera de centro-centro, frente al 27% de Vox. Los electores de Abascal, en cambio, tienen mayor implantación en la derecha-derecha, ya que un 38,8% de ellos se autoubican en el extremo más derechista, frente al 17,9% de los del PP. En la zona templada, en el centro-derecha, hay más equilibrio, pues el 30,9% del votante popular se sitúa en esta posición, al igual que el 33,4% del electorado de Vox.

La fractura en el seno de la derecha, como entre la izquierda, se produjo en las elecciones de 2015. El PP perdió entonces su mayoría absoluta de 2011 y su electorado se redujo a 7,2 millones de votantes, a causa en parte de la entrada de Ciudadanos, que acumuló 3,5 millones de votos. Por otro lado, el PSOE estuvo a punto de sufrir el adelanto de Podemos; 5,5 millones de votos frente a 5,2 millones. Con esas elecciones, quedó claro que el bipartidismo había llegado a su fin.

Las elecciones de 2016 y 2019 no fueron mejor para el PP y acentuaron su crisis, sumando menos votos que Vox y Ciudadanos juntos. Habría que esperar hasta las de 2023 para que se produjera un resurgimiento del PP, haciendo que Ciudadanos desaparezca y Vox cayera a 3,1 millones de votos. En la izquierda, ese mismo año, nos encontramos con un escenario similar: el PSOE repunta y se desmarca de Sumar, 7,8 millones de votos frente a tres millones.

Crecer más

Atendiendo a la ideología de los votantes, vemos que el PP se expande desde la zona más extrema de la derecha, hasta el centro-izquierda. Copa el 64,8% de todo el voto de centro-centro, el 57% del voto de centro-derecha y el 48% del electorado de derecha-derecha. Vox, en cambio, funciona al revés: decrece hacia el centro, con el 45,2% del voto de derecha-derecha, el 26,8% del centro-derecha y el 16,9% del centro-centro.

La reconquista del PP de la hegemonía en la derecha pasa imprescindiblemente por reducir la fortaleza de Vox entre el electorado más a la derecha, los que en una escala de 0 a 10, siendo 10 la extrema derecha, se colocan entre el 9 y el 10. En esta horquilla, hay 3.176.000 votantes, de los cuales 1.524.000 votan al PP y 1.437.000 a Vox. Y es entre los votantes de 18 a 29 años y de 30 a 45 años donde se concentra más el voto más radical de Vox.

El objetivo secundario sería conquistar el siguiente segmento, el del centro-derecha, que integran 4.631.000 votantes. De ellos, 2.630.000 son del PP y 1.234.683 de Vox. El perfil de edad del votante de Abascal en este grupo es mayoritariamente de 30 a 45 años. Finalmente, donde el PP arrasa es en el centro-centro, con 3.832.000 votantes, frente a un millón de Vox, que se concentra entre los mayores de 44 años.

El giro centrista de Alberto Núñez Feijóo ha dejado una bolsa de 1,4 millones de votantes de derecha-derecha en manos del partido de Santiago Abascal. Para frenar el trasvase de voto desde su partido al más extremo, el líder del PP debe buscar soluciones que se impongan a las propuestas por la extrema derecha en asuntos como la vivienda, la inmigración, la seguridad, la sanidad y la calidad del empleo. Estas son las grandes preocupaciones entre los menores de 45 años.

También jugaría a favor de los populares que consigan rejuvenecer a sus caras visibles -algo que están haciendo con más o menos acierto- y usar un lenguaje que sirva para trasladar sus mensajes a los votantes más jóvenes de la derecha.

Encuesta NC Report: Eje izquierda-derecha
Encuesta NC Report: Eje izquierda-derechaT. NietoLA RAZÓN

Sin embargo, vistos los antecedentes, todo apunta a que habrá que esperar a la llegada de Feijóo a la Moncloa para que la ciudadanía vea, de manera fehaciente, que Vox no es imprescindible. Es lo que sucedió en Andalucía en 2022, cuando Juanma Moreno llegó a la mayoría absoluta, y en Madrid en 2023, donde pasó lo mismo con Isabel Díaz Ayuso. En ambos casos, Vox fue determinante para sus respectivas investiduras de 2018 y 2021 y, una legislatura después, el PP se convirtió en hegemónico.

Lo que no debe dejar de vigilarse en la suma de escaños entre PP y Vox de cara a las próximas elecciones generales. Hoy se superaría la barrera de 176 escaños. El aporte de Abascal a la nueva mayoría parlamentaria sería de 50 escaños y el del PP de 155. Pero cuando el objetivo común es desalojar a Sánchez, a los electores de Vox se les debería explicar que, al ser la tercera fuerza, la ley D´Hondt les castiga. Necesitan 75.000 votos para obtener un diputado, cuando el PP lo puede sacar con 55.000 papeletas. Además, en un tercio de las circunscripciones Vox no alcanzaría el mínimo para obtener un diputado. Esto son votos que se perderán.