Opinión

De quita y pon

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se reunieron el pasado miércoles por la mañana en La Moncloa según contó «eldiario.es». La reunión, que no figuraba en las agendas de ninguno de los líderes, se prolongó durante varias horas y, según el mismo periódico, pretendía desatascar las negociaciones sobre los Presupuestos de este año. La cita se produjo en plena crisis política tras la aceptación del Gobierno de la presencia de un relator en la mesa de partidos; y poco antes de que ERC y el PDeCAT anunciaran sus enmiendas a la totalidad de los Presupuestos.

Según fuentes socialistas, en la reunión fue «todo bien», pero el contexto había cambiado notablemente desde su último encuentro: Pedro Sánchez estaba viviendo la peor crisis institucional –y en su partido– desde la llegada a La Moncloa. Quizá por ello, Iglesias tuvo que interrumpir su baja por paternidad, que le había tenido alejado de la vida política, para intentar salvar los muebles de la legislatura que hacía aguas.

El líder de Podemos, que ni siquiera fue al Consejo Ciudadano de su partido alegando el cuidado de sus hijos, volvió así al tajo con esta reunión secreta. Pero lo más sorprendente de este regreso no ha sido tanto el apoyo requerido por Sánchez, que también, sino la defensa que su compañera, Irene Montero ha hecho del regreso: «A uno no se le traga la tierra», dijo para justificar la visita de Iglesias a La Moncloa. Y señaló a continuación que en Podemos están «absolutamente comprometidos» con los permisos de paternidad. Pues tampoco tanto. Y ya hay quien habla de fraude a la Seguridad Social.

En cualquier caso, una baja de quita y pon. De ésas que depende con quién y cómo. Que se toma cuando interesa y, cuando no, se deja.