Opinión

Las siete y media de ERC y el PDeCAT

Oriol Junqueras y CarlesPuigdemont, desde la cárcel y desde Waterloo, juegan su propia partida de «siete y media» –quizá preferirían el menos español «black jack»– sobre el tapete de los Presupuestos que anhela Pedro Sánchez y también, incluso más que él, la pareja Iglesias–Montero. Tardá y Rufián se adelantaron con la enmienda de ERC a la totalidad a sus colegas separatistas –y sobre todo rivales– del PDeCAT, que esperaron hasta el último día para presentarla. Los líderes de ERC tenían que demostrar a su aguerrida militancia que no se han «ablandado» y que no dejaban su radicalismo independentista para Puigdemont, Torra y la Crida, con el PDeCAT en pleno lío interno. Ahora, tras la manifestación en Madrid con Casado, Rivera y Abascal, y el inicio del juicio del 1-O, Junqueras y Puigdemont viven el dilema del jugador de «siete y media», pasarse o no llegar, que este caso significa que el primero que ceda y apoye los Presupuestos, pierde, salvo que Sánchez les conceda lo imposible.

Quim Torra, al exhibir sus 21 inaceptables puntos, complicó todo, porque el Gobierno no puede aceptarlos. Soraya Sáenz de Santamaría, sueñe o no con otra vida política, ha reconocido que Junqueras le engañó. Calvo, su sucesora en la vicepresidencia, habla con frecuencia con el presidente de la Generalitat, fines de semana incluidos. Estaba convencida de que podía «controlar» al valido de Puigdemont, pero quizá debería fijarse en su predecesora. Torra, sin embargo, logró que Calvo incendiara el PSOE y que luego intentara apagar las llamas con la teórica ruptura de negociaciones. Los Presupuestos, sin embargo, siguen en el aire y ahí, Junqueras y Puigdemont no se miran a los ojos pero juegan a las «siete y media», en la creencia de que quien ceda, pierde.