Malditos Presupuestos

No aprenden. O no aprendemos. Para gobernar hay que tener mayorías. Mayorías que nacen de los pactos, sobre todo ahora. Pero no se puede pactar con los independentistas. A veces ni siquiera los Presupuestos Generales del Estado. Algunos aun piensan que dándoles dinero, o más dinero, o el AVE, van a ser capaces de renunciar a otras cosas, por ejemplo al derecho de autodeterminación, o al siguiente paso de su añorada independencia. Se engañan. Tarde o temprano sacan sus reivindicaciones a pasear y hacen caer gobiernos o pactos con tal de conseguir más debilidad del gobierno central y, por supuesto, nuevas concesiones.

Le pasó a Mariano Rajoy –antes a Aznar- que pensaba que el nacionalismo vasco sería de fiar. Pues una semana después de aquel pacto con pasta incluida, ya le estaban dejando tirado en la moción de censura. Le ha pasado a Pedro Sánchez, que pensaba que él era más dialogante, simpático, y tenía un gobierno bonito. Pues tampoco. Ni siquiera les han bastado los 2.500 millones que podrían haber tapado el desgobierno y la deuda de Cataluña. Y no les bastan porque quieren otras cosas: que saquen a sus presos de la cárcel, y que el Gobierno reconozca el llamado derecho a decidir, a ser independientes.

Mañana Sánchez anunciará la fecha de las elecciones. Y el PNV que siempre ha sido el más práctico ya está diciendo cuando le convienen a él. Pero no era eso: se trataba de cuando le convenían a Sánchez. ¿Y los españoles? ¿Y los Presupuestos? ¿Y las pensiones? ¿Y nuestros impuestos? De eso nada, claro. Menos mal que el Rey se va a Marruecos con cinco ministros a firmar once acuerdos bilaterales.

Pero nuestros políticos no aprenden. Esperemos que nosotros sí hayamos aprendido cuando volvamos pronto a votar.