Opinión
Aló presidente
Hay que ser mediocre para negarle a Mariano Rajoy los dos únicos logros incuestionables, a saber, sacarnos de la crisis e implementar el artículo 155 para parar la rebelión. El presidente Sánchez aprovechó la rueda de prensa-mitin para destruir al predecesor y atribuirse ambas cosas: mejora de la situación económica y pacificación con la Generalitat. Así no vamos los españoles a ninguna parte, siempre descalificando al contrario.
«Diálogo» es una de esas palabras vaciadas a fuerza de sobeteo. El «diálogo» de Pedro ha llevado a la mesa de partidos y al relator. Y a esto lo llama este señor «centrarse».
Afirma que deja al país recuperado de la «crispación» sembrada por la derecha y resulta que está la nación partida en dos. Con la izquierda y los independentistas del bracete y el resto del arco parlamentario estigmatizado por «fascista». Pedro Sánchez ha resucitado el clima de la República.
Ahora nos va a vender más palabras usadas: que él es el «centro», que nos ofrece el «futuro social»
–con unos presupuestos cuyas cuentas no salen– y que garantiza la «calidad democrática», después de haberse palmeado con Torra. Del Falcon, de la tesis copiada, del Aquarius, del relator, nada. Por cierto, en su Aló Presidente, versión española del original chavista, no respondía las preguntas: si iba a reeditar los pactos con los independentistas que lo llevaron al poder, qué postura tiene frente al juicio al procés o si no es extraño que el Gobierno siga planteando leyes cuando ya ha convocado elecciones. Mutis.
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