Opinión

Poetas electorales en primavera

Mario Cuomo (1932–2015) fue Gobernador del Estado de Nueva York por el Partido Demócrata entre 1983 y 1994. Perdió las elecciones en una ocasión y luego ganó tres veces consecutivas. Experto y baqueteado en muchas contiendas electorales, explicaba que «se hace campaña con poesía, pero se gobierna con prosa».

Las elecciones que acaba de anunciar Pedro Sánchez, que intenta espantar el fantasma independentista de su lado, se celebrarán el 28-A, en «la primavera que promulga sueños», que canta en su libro «Las llamas», el catalán Pere Gimferrer, quizá el mayor poeta vivo en castellano. No está claro, sin embargo, que en la campaña, que inauguró el propio Sánchez en la Moncloa el viernes y que continuó minutos después Pablo Casado, haya mucho espacio para los poetas, aunque sean electorales. Todo apunta, con los populismos de fondo, a un enfrentamiento muy polarizado, en el que partidos como Ciudadanos pueden quedarse a mitad de camino de la nada. Albert Rivera, por ejemplo, desde el centro que quiere conquistar, afronta el dilema –ante el que le colocarán, con prosa pura y dura, sus adversarios– de mojarse. Tendrá que explicar sus planes para el día después de las elecciones y con quien colaboraría, algo que deja un margen mínimo para la poesía. Hace un año, en vísperas de la moción de censura, deslumbraba como favorito ante unos comicios que nunca llegaron. Ahora, aunque la reclamaba, la convocatoria electoral no le pilla en el mejor momento, algo que también han tenido muy en cuenta en la Moncloa para fijar la fecha de la cita con las urnas, convencidos de que «a Ciudadanos las elecciones ahora les vienen fatal».

Pedro Sánchez y el PSOE parten de favoritos, pero los márgenes de error y de apreciación pueden ser enormes. Las Bolsas subieron con fuerza horas después del anuncio de la convocatoria electoral, pero no hay consenso sobre si fue una reacción en toda Europa a posibles decisiones del Banco Central Europeo o si, además, en el Ibex, cotizó la posibilidad de que los socialistas no puedan volver a formar Gobierno, aunque ganen el 28-A, que tampoco es algo disparatado. Los mercados no consideran muy fiable a Sánchez por sus frecuentes vaivenes, pero eso tampoco influirá en los sueños de una primavera en la que habrá falsos poetas electorales, porque lo que explicaba Cuomo solo es un vago recuerdo de otro tiempo. Ahora todo es prosa.