Opinión
Un muy cuidado aliño indumentario
Antonio Machado falleció hace ahora 80 años en Colliure. Ahora, justo en el aniversario del poeta del «torpe aliño indumentario», los acusados independentistas en el juicio presidido por Manuel Marchena, en el Tribunal Supremo, vuelven del revés el verso machadiano y declaran con «un muy cuidado aliño indumentario», en el que destacan trajes oscuros, camisas claras y corbatas. Incluso Oriol Junqueras y Raúl Romeva, paladines habituales del «sincorbatismo» optaron por un atuendo discreto y formal.
Todo es parte de la cuidada estrategia de las defensas -aquí coordinadas- para transmitir sobre todo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos una imagen de ciudadanos pácificos y modélicos juzgados por sus opiniones políticas. El problema para ellos es que más allá de los Pirineos ya quedan pocas dudas de la independencia, transparencia y legalidad del proceso. Incluso decenas de corresponsales extranjeros, llegados a Madrid para cubrir el juicio, han emprendido el regreso, tras constatar la normalidad de un proceso en el que la próxima semana tendrán un papel estelar los testigos Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o Cristóbal Montoro. Mientras, el independentismo sigue a la greña.
CarlesPuigdemont intenta imponer miembros de la Crida como candidatos del PDeCAT. No habrá ruptura todavía, pero avanza la idea una lista de «Junts per Catalunya», encabezada por uno de los políticos ahora en el banquillo, con Elsa Artadi –olvidado el Ayuntamiento de Barcelona– de número dos teórico, que sería la efectiva número uno.
Un pacto muy endeble entre exconvergentes que intenta coordinar como puede David Bonvehí, que se mantendrá hasta las municipales y que luego saltará por los aires.
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