
Opinión
La moda del filtro de Kalman
Rudolf E. Kalman (Budapest, 1930-Florida, 2016) fue un ingeniero eléctrico húngaro-americano del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets), que también trabajó para IBM. Dedicó una gran parte de su vida al estudio de las diferentes teorías sobre las predicciones y, en 1960, desarrolló el llamado «Filtro de Kalman». Consiste en un algoritmo que «permite estimar variables de estado no observables a partir de variables observables que pueden contener algún error de medición». El «método Kalman», como también es conocido, quizá no hubiera salido de los circuitos muy especializados si no fuera porque su algoritmo se aplique también a la corrección e interpretación de encuestas electorales. Es lo que hace la llamada «Poll of Polls» –encuesta de encuestas–, una iniciativa privada, radicada en Viena (Austria), que analiza –filtra– encuestas electorales de distintos países y que defiende que «las encuestas distan de mostrar la imagen completa y real, aunque son una buena brújula cuando se agregan».
El «Poll of Polls» hizo casi pleno en las últimas elecciones, las de junio de 2016, eso sí, siempre en términos porcentuales porque la asignación de escaños es otro asunto. Ahora –datos del 22 de febrero–, las encuestas tamizadas por el «filtro Kalman» colocan en cabeza al PSOE, con un 26%, seguido del PP –21%–, Ciudadanos –18%–, Podemos –14%– y Vox –11–. Socialistas y populares suben algo desde principios de año, Podemos baja, mientras que Ciudadanos y también Vox –tras el ascenso vertical de otoño– conservan los mismos porcentajes que hace un par de meses. La traslación a diputados de esas cifras es poco fiable, excepto en el caso del ganador. El 26% del PSOE, con la irrupción de un quinto partido, rondaría los 120 escaños, quizá alguno más. El reparto entre tres partidos de todo el espectro a la derecha de la formación de Pedro Sánchez, puede arrojar ganancias adicionales a los socialistas en circunscripciones entre tres y seis diputados, como resultado de la aplicación de la ley D’Hont.
El PP sería el más perjudicado, sobre todo en Castilla-León y en Castilla la Mancha, en donde los votos que obtengan Ciudadanos y Vox difícilmente se traducirán en escaños. El fenómeno andaluz de Vox fue posible porque en las elecciones autonómicas las circunscripciones eligen muchos más diputados. Es la otra parte de la letra pequeña electoral, a la que no llega la moda del «filtro Kalman», y también el gran desafío de la cocina de los gurús patrios.
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