Opinión

Arriola reaparece en Renta 4

Pedro Arriola (Sevilla, 1948) fue durante casi 30 años (1989-2018) el gran «gurú» y asesor, de forma sucesiva, de José María Aznar y Mariano Rajoy. Nunca fue miembro del PP y presumía de ello, pero también fue una de las personas con más poder real –nunca ejecutivo– entre los populares. Por encargo de Aznar, cuando gobernaba, participó en conversaciones, cara a cara, con ETA. Está casado con Celia Villalobos, ex-ministra y también durante tres decenios diputada y, ella sí, militante del PP que, en vísperas de las elecciones, acaba de anunciar su retirada, sin ocultar que estuvo en el bando de Soraya Sáenz de Santamaría en la carrera por la sucesión de Rajoy.

Pedro Arriola también mantenía excelentes relaciones con la ex-vicepresidenta. Es probable que hubiera seguido en activo como su asesor de haber sucedido a Rajoy, aunque en los últimos tiempos pregonaba su inminente jubilación, que luego se retrasaba, y que la irrupción de Casado como líder del PP precipitó a finales de 2018, fecha del vencimiento de su último contrato, resuelto con acuerdo, pero no sin alguna suspicacia. Tuvo la confianza de Aznar y de Rajoy y eso, en ocasiones, le convirtió en un personaje incómodo en las filas populares. Con frecuencia, los más críticos dentro del PP, arremetían contra el asesor en lugar de hacerlo directamente el líder del partido.

Esta tarde, tras un fugaz paso hace unas semanas por Antena 3TV, entrevistado por Susanna Griso, Pedro Arriola reaparece en público en un formato y un horario más a su medida. Interviene en la Fundación Renta 4, que preside Juan Carlos Ureta, en el ciclo de conferencias «Invierte en tí». En vísperas electorales, el protoasesor disertará sobre «La política y la sociedad. ¿Un matrimonio sostenible?» Arriola, que atesora una memoria de elefante, hablará en general y eludirá los detalles, fiel a su máxima recurrente: «lo que tiene interés, no lo puedo contar, y lo que puedo contar, no tiene interés». Su reaparición, no obstante, genera morbo ante la cita con las urnas y al día siguiente de que Sáenz de Santamaría, que para algunos no ha dicho su última palabra en política declarara en el juicio del 1-0. El gran asesor se resistirá, pero en el coloquio posterior a la conferencia si surgen las preguntas adecuadas, también puede haber respuestas reveladoras. Hasta el consejero más experto tiene su corazoncito después de años tras las bambalinas. Tenía un cierto compromiso con un viejo amigo de la Fundación Renta 4, pero podía haber buscado alguna excusa y no lo ha hecho.