Opinión

El juicio, los Madrid-Barça y más

El juicio del «procés» y los recientes Madrid-Barça, con el estrambote dramático del Ajax, ofrecen numerosos paralelismos. En el Supremo, el equipo arbitral –el Tribunal– incluso va de negro, a la antigua usanza y apenas cambia el silbato por las puñetas. Debe ser imparcial, justo y respetuoso con todos –Marchena imparte a diario un curso de cómo hacerlo–, pero como los forofos más radicales, los incondicionales de los acusados intentan sembrar dudas. Las crónicas del juicio –y las discusiones de barra de bar–, ofrecen a menudo visiones tan dispares de la realidad –se puede ver por televisión igual que un partido– como las de un Madrid–Barça si van destinadas al público merengue o al culé. Un penalti nunca lo ven igual los talibanes de unos u otros colores. Los actos de Junqueras y sus compañeros tampoco significan lo mismo para los independentistas, incluidos nacionalistas más moderados, que para los defensores de la Constitución. Y como en el fútbol, lo único objetivo, aunque interpretable, es la ley.

Existen más paralelismos. En el deporte rey hay apuestas y pronósticos. No consta que las casas de apuestas británicas incluyan la sentencia del juicio del «procés» en su oferta. Quizá el Brexit es suficiente. El Gobierno de Sánchez elude pronunciarse, pero baraja opciones y tiene sus pronósticos, que pueden fallar tanto como los deportivos. Conversaciones privadas de ministros sugieren que la abogacía del Estado podría retirar de la acusación el delito de rebelión, lo que facilitaría condenas más livianas y más sencillas de administrar, si la aritmética parlamentaria exige pactos con el independentismo. Sánchez y su equipo, además, creen tener datos de que el Gobierno de Rajoy nunca estuvo feliz con la decisión inicial de la Fiscalía General de actuar contra los independentistas como lo hizo. El ex presidente barajaba otras fórmulas distintas, pero cuando la Justicia interviene, quizá sea lenta, pero es imparable y, por supuesto, independiente. En el fútbol hay VAR, pero la última palabra la tiene el árbitro, como los jueces del Supremo. También por eso, el juicio y los Madrid-Barça se parecen tanto. El batacazo ante el Ajax, visto diferente en la meseta y a orillas del Mediterráneo, es otro asunto y tampoco, a pesar del cabreo inicial de los forofos, apea a Florentino Pérez del pedestal del presidente blanco con títulos más prestigiosos. La historia, al final, recordará 3 «Champions» seguidas y 4 en 5 años, además de las que vengan. Del juicio quedará la sentencia.