Opinión

Panzudo y popular

El vuelo TOM-2246, de Manchester a Fuertenventura, de la compañía TUI, fue el último Boeing 737 Max-8 que ayer atravesó el espacio aéreo español. El avión ya estaba a mitad de camino cuando la Uniòn Europea decidió suspender sus vuelos hasta que se aclaren los dos últimos accidentes de estos aparatos. Poco antes, el vuelo IBK-503 de Norwegian Airlines, de Las Palmas de Gran Canaria a Helsinki, también salió la zona de influencia aérea española. Por ahora, nadie sabe cuando volverá a surcar los cielos europeos. Ninguna compañía área española utilizaba hasta ahora este modelo de una aeronave muy popular entre las aerolíneas por sus prestaciones, aunque no era la más cómoda para los pasajeros. Sin embargo, Air Europa, la línea aérea fundada por Juan José Hidalgo, tiene pedidos 20 aparatos del modelo –en una operación valorada en casi 2.000 millones de dólares– y esperaba recibir tres de ellos a lo largo de 2019. El primero llegaría a lo largo del segundo trimestre del año. Ahora, queda la incógnita de qué ocurrirá. Air Europa, como el resto de aerolíneas que utilizan ese modelo o que lo han pedido, aguarda las conclusiones de la investigación de los accidentes.

El Boeing 737 ha sido el avión con más éxito de la historia y del que, desde su aparición a mediados de los años sesenta del siglo veinte, se han vendido más de 10.000 unidades. No obstante, el 737 Max-8 es un avión nuevo que apenas conserva de sus predecesores –y por supuesto de los modelos originales– el nombre de familia y el aspecto exterior, algo panzudo con dos motores, uno bajo cada ala. Boeing, en los últimos tiempos, ganaba la partida a su competidor europeo Airbus. Ahora, todo está en el aire por culpa de un avión algo panzudo y popular.