Opinión
Poco que perder, mucho que ganar
No sé lo que vamos a hacer el día que no haya más encuestas electorales. A mí, como ya he dicho varias veces que no creo en ellas, siempre me toca comentarlas, lo cual añade un plus de aventura a mi trabajo.
El caso es que hoy se publica en este diario el sondeo correspondiente a marzo, que incluso tiene algunos datos en los que podría llegar a estar de acuerdo. Vayamos por partes.
Lo primero que llama la atención es que la abstención se reduce levemente, al menos respecto a la encuesta de NC Report del pasado mes de febrero. Y aunque en comparación con las generales de 2016 todo apunta a que la participación se reducirá, esta pequeña mejoría demuestra que el electorado empieza a estar más movilizado según se va acercando la cita con las urnas. Uno pensaría que esto se debe a que aquel voto cabreado del PP que se abstuvo, en esta ocasión tiene dos partidos donde ir: Ciudadanos y Vox. Pero resulta que no es así. El voto que crece es el de izquierdas. Efectivamente, si comparamos la encuesta de hoy con la que se publicamos el pasado mes, la suma de las derechas pasa del 52,5 por ciento al 51,3 por ciento, lo que supondría en escaños pasar de 179-186 a 176-185.
Por el contrario, la suma de los partidos de izquierda experimenta cierta mejoría: pasan del 40,1 por ciento al 40,8 por ciento, lo que traducido a diputados, supondría pasar de 139-145 a 144-150. Es verdad que esto no cambia lo sustancial, que las derechas suman para gobernar; pero hay una tendencia ascendente en las izquierdas. Ese es el dato. Y vamos con los dos bloques, en los que también hay tendencias interesantes.
Empezando por las derechas, los datos parecen razonables. El PP empieza a desacelerar su descenso –apenas baja un 0,4 por ciento respecto a febrero– mientras que Ciudadanos sigue bajando: cae un 1,1 por ciento y Vox
–hasta ahora imparable en su crecimiento– apenas sube un 0,3 por ciento.
Quizá estas previsiones responden a los últimos movimientos y presentaciones de candidaturas que hemos conocido estas semanas. Pero es bueno recordar que la campaña electoral todavía no ha entrado en su fase más heavy y quizá haya que estar atentos, sobre todo a las meteduras de pata de unos candidatos bastante bisoños en estas lides.
Por lo que respecta al voto de izquierdas, el PSOE es el que experimenta la subida más llamativa de todas: un 1,9 por ciento, mientras que Podemos sigue cayendo, esta vez un 1,2 por ciento. Es decir, que el PSOE crece básicamente con el voto de Podemos, pero también un poco con el que tenía prestado a Ciudadanos. Algo que tampoco me parece un disparate.
Es interesante saber que esta última encuesta se hizo entre los días 11 y 15 de marzo. Y para esas fechas ya se conocían las intenciones del líder del PP, Pablo Casado, de reventar sus listas, manteniendo únicamente a 10 de los 52 cabezas de lista provinciales; y también las del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sacando de las candidaturas andaluzas y nacionales a los afines a Susana Díaz.
Toda una revolución que todavía no sabemos cómo afectará finalmente a los votantes. Los dos grandes partidos están arriesgando. Quizá saben que tienen poco que perder y quizá mucho que ganar.
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