Opinión
¡Cuidado con las viudas!
Octavio Granado es uno de los mayores expertos españoles en Seguridad Social (SS) y uno de los que mejor conoce sus fortalezas y sus debilidades. También es un político socialista siempre fiel al PSOE sin quejarse, aunque tendría motivos sobrados para hacerlo. Debería haber sido ministro de Trabajo y SS en varias ocasiones. Sin embargo, y con buena cara, apechugó con la tarea no fácil de ser el segundo, en un departamento estratégico, de personajes como Jesús Caldera y Celestino Corbacho –ahora en Ciudadanos– en tiempos de Zapatero, ignaros en la materia. Con Pedro Sánchez aceptó, con una sonrisa a pesar de su aparente rudeza, guardar las espaldas de Magdalena Valerio, más versada, hay que reconocerlo, que aquellos predecesores. No obstante, eso no invalida que Granado era el socialista que acumulaba más méritos para ocupar esa cartera.
Tenía todas las papeletas, pero la discriminación positiva –Sánchez quería muchas mujeres en el Gobierno– le perjudicó y él, disciplinado, no rechistó. Granado lo sabe todo de la SS, aunque, por su militancia, cuando está en el Gobierno dice una cosa y cuando está en la oposición retuerce cifras y argumentos para defender lo contrario si conviene a su partido. Y como hasta el mejor escribano echa un borrón, Granado ha patinado en periodo electoral con las viudas, porque de los 2,36 millones de pensiones viudedad, la inmensa mayoría la perciben viudas. En 2019 costarán a la SS, a una media de 708 euros mensuales, 23.500 millones de euros.
Granado, desde la ortodoxia que olvida en la oposición, sugiere que viudas (y viudos, si los hay) con otros ingresos –superiores a la pensión máxima, por ejemplo– no cobren pensión pública o sea más reducida. Hay que cuadrar las cuentas. Cualquier liberal asumiría su propuesta-desliz, aunque quizá pueda ser injusta y un error en vísperas electorales. ¡Cuidado con las viudas!
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