Opinión
Eduard Gratacós: "En mi primera cirugía fetal pensé que era de las pocas personas en el mundo en mirar a un feto vivo"
Es pionero en algo que, hace años podía, perfectamente, parecer ciencia ficción: operar a los fetos dentro del viente de la propia madre a través de incisiones mínimas. En la mayoría de las ocasiones ésta era la única opción del bebé de salir adelante y, lo que comenzó haciéndose como algo excepcional, se aplica ahora hasta en 15 supuestos. Por ahora porque, como avisa, a no mucho tardar, serán más.
Pregunta.- ¿Cómo surge la idea de intervenir al fetos en el propio vientre de la madre?
Respuesta.- Como todas las ideas en Medicina y Ciencia, la idea es más bien antigua. Ya en los años 50 se hicieron algunos intentos de tratar fetos con anemia a través de cirugía. La aparición de la ecografía fue clave para que se desarrollase la medicina fetal, y con ella se descubrieron diversos problemas que podrían ser tratados en el útero. Tras un primer intento con cirugía abierta en los 80, durante los 90 diversos grupos europeos aprovecharon los avances tecnológicos de la ecografía y la endoscopia. Los endoscopios (instrumentos para operar a través de una incisión mínima) ya eran muy finos y la ecografía era ya de alta precisión. Yo inicié un proyecto experimental para hacer fetoscopia en Barcelona en el 95, pero poco más tarde me incorporé al hospital de Lovaina (Bélgica), que tenía ya un programa clínico real, y por ello tuve el privilegio de ser uno de los pioneros en esta cirugía.
P.- El día que hizo la primera operación de este tipo debió de sufrir cierto vértigo, ¿no?
R.- Al cabo de un tiempo de estar en Lovaina, recuerdo muy bien la primera vez que cogí personalmente el endoscopio para una cirugía fetal. Tenía la cara del feto delante mío. Pensé que era de las pocas personas en el mundo que había mirado a un feto vivo. Hoy obviamente ya es una cirugía mucho más estandarizada, pero sigue siendo un tipo de intervención muy especial y que impresiona por las connotaciones que tiene.
P.- ¿En qué casos se interviene, a día de hoy, a un feto?
R.- Son pocas, unas 15 en total. Las más frecuentes son las transfusiones que se producen entre gemelos idénticos, las anemias fetales o los tumores torácicos. Son problemas con gran mortalidad y que consiguen salvar la vida del bebé en más de un 90%. Hay otras indicaciones, como la hernia diafragmática o la espina bífida, que no tienen resultados tan espectaculares pero mejoran el pronóstico, y que ya se ofrecen como una alternativa a los progenitores que lo desean.
P.- Ha sido autor de algunas de las técnicas que, en la actualidad, se aplican de hospitales de todo el mundo para este tipo de intervenciones. ¿Hay alguna nueva en la que estén investigando?
R.- Sí, nos gustaría realizar algunas operaciones en la actualidad no posibles por limitaciones técnicas. Es un paciente muy pequeño y delicado y, además, está flotando en una piscina. Investigamos gracias a importantes ayudas a la investigación, y esperamos conseguir avances en miniaturización, guiado tridimensional y robótica que permitirán nuevas indicaciones en los próximos años.
P.- ¿Qué le hizo decantarse por la Ginecología y la Obstetricia?
R.- Mi padre era ginecólogo y era una especialidad que conocía y me gustaba. Pero lo cierto es que creía que sería cirujano oncológico, un tipo de ginecología muy diferente de lo que hice después.
P.- Hoy es un auténtico referente en cirugía fetal pero, ¿se imaginó en algún momento que llegaría a hacer lo que hoy en día hace?
R.- Durante mi residencia descubrí dos cosas que me cambiaron profundamente, la investigación y la medicina fetal. La cirugía fetal me pareció un campo ideal para combinarlas. A muchos les parecía una idea de locos, pero estuve seguro que un día habría “cirujanos fetales” y que, desde luego, me gustaría ser uno.
P.- ¿Cuántos casos calcula que ha intervenido?
R.- Cerca de 2.000.
P.- Igual hasta es padrino de unos cuantos…
R.- No tanto, pero muchos niños los hemos seguido viendo bastantes años. Algunos ya están estudiando carreras.
P.- ¿Qué virtudes tiene que tener un cirujano fetal?
R.- Esencialmente el temple. Una característica muy propia es que no tienes segundas oportunidades. El lugar por el que se entra al útero y la forma de trabajar sobre el feto o la placenta necesitan una precisión muy alta. En algunos momentos se puede echar a perder toda la cirugía o incluso el feto podría fallecer. Aunque son cirugías de corta duración, necesitan mucha preparación y generan una presión muy alta en el equipo.