Opinión

Sánchez blanquea a Batasuna en las Cortes españolas

En 2005, con tintes desdichadamente premonitorios y terriblemente certeros, Pilar Ruiz Albisu, madre de Joseba Pagazaurtundua, asesinado por ETA, le escribió a Patxi López, líder del PSE, una muy conocida carta en la que auguró: "Patxi, dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre". En ese Patxi, puede que sin saberlo o sí, estaban y están representados los socialistas de antaño y más aún los de hogaño. Pilar Ruiz Albisu se conocía el paño y lo que podía esperar de esa tropa a la que sus heroicos descendientes habían pertenecido en tiempos de sangre, sudor y lágrimas, muchas, demasiadas. Desde entonces, como la de san Genaro, ese nuestro líquido rojo que circula por las venas de la sociedad anda coagulada como poco. Hemos visto y sufrido de todo en este tránsito hasta denegerar en la actual generación de socialistas españoles apadrinando como patronos orgullosos una campaña de blanqueamiento de ETA y sus legatarios.

Pedro Sánchez, el candidato, lo hizo hoy en las Cortes Españolas, como antes se había hecho desde la mesa del Consejo de Ministros. Si el día anterior había ignorado y ninguneado al portavoz de Vox, Santiago Abascal, al que ni miró ni citó por su nombre, en un ejercicio de descortesía institucional desconocido en la Cámara, hoy se sintió a gusto con la diputada Aizpurua, la vocera proetarra. Se dirigió a su escaño en un lenguaje corporal de cercanía y hasta de cordialidad: “Agradezco a su señoría el tono y que haya tocado asuntos como el cambio climático, pensiones, justicia social...”. Y agregó: “A su grupo (Bildu-ETA) no le veto. Respeto la legitimidad que tienen”... más allá de “discrepancias del pasado que ahí me quedo”.

Este es el presidente del Gobierno que aspira a repetirlo. Debemos entender por “discrepancias del pasado” los más de 800 asesinados y las miles de personas heridas y torturadas. Las víctimas del terrorismo como “discrepancias del pasado”.

A esto hemos llegado en la sede de la soberanía nacional, a que el presidente de todos los españoles “respete” al brazo política de una banda terrorista, a una individua que no ha condenado un sólo acto de ETA, y que abandera el proyecto sanguinario por el que tantos españoles de bien entregaron sus vidas. Puede que nadie repare hoy ni mañana en este luctuoso pasaje de la investidura. Da igual. Así de anestesiado esta el país y su clase política. El blanqueamiento avanza como los muertos vivientes de “Juego de Tronos”. No es que la sangre se congele, es que  revuelven los intestinos.