Opinión

Competencia

Era de prever. Menos de un mes después de la investidura de la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid se ha puesto en marcha la operación para descabalgarla de su cargo. La organizan el PSOE, UP y Más Madrid, con Errejón, como ya es habitual, de teórico de maniobras más que dudosas. La novedad consiste en que a la operación se suma Ciudadanos, que apoya la creación de una comisión de investigación. Si se tiene en cuenta que uno de los representantes de Cs en el actual gobierno de Díaz Ayuso es, como recordaba ayer LA RAZÓN, un antiguo alto cargo del PP en la misma Comunidad –y no precisamente de los de segunda categoría–, el gesto no resulta muy elegante.

La posibilidad de unas próximas elecciones anula cualquier escrúpulo ético o estético. La regeneración ha sido una de las claves del éxito de Ciudadanos, como la corrupción lo ha sido de las caídas del PP, y no parece que sea este el momento de olvidarla, en particular cuando, aunque sea retorciendo todos los argumentos, se puede llegar a relacionar la corrupción con la actual presidenta de la Comunidad, y no con personalidades sin responsabilidades.

El gesto confirma el empeño de Ciudadanos en competir con el PP por la hegemonía el centro derecha. Es algo lícito, pero aleja, y mucho, cualquier posible reunificación de esta parte del espectro político. Si en nuestro país el eje político fundamental sigue siendo el de izquierda / derecha, dentro de esta la cuestión de la corrupción es de las grandes líneas divisorias. Entre otras cosas, hace más fácil arrinconar al PP en la «política vieja», es decir en algo que suena, además, a conservadurismo. Y es que más aún que la sensibilidad o la ideología, en el fondo de esta competencia está la cuestión del liderazgo, agravada además por la juventud de los propios líderes.

Se percibe bien la fragilidad de los pactos de gobierno alcanzados por el PP y Cs. Es cierto que los dos partidos tienen mucho que perder si no son capaces de preservar los acuerdos y seguir gobernando juntos, pero la tentación de desmarcarse va a generar múltiples ocasiones de echarlo todo a perder. Y en Cs parecen convencidos de que siguen teniendo la iniciativa. Habrá que aprender por experiencia propia lo que casi todo el mundo sabía hace unos pocos años.