Internacional
La «visita de cortesía»
Lo que ha sucedido a las puertas de la Embajada de México en la Paz aún no tiene una explicación completa y es posible que nunca se pueda disponer de una información total. Lo triste es que España se haya visto implicada en un suceso así que, por sus características y contexto en el que ha ocurrido, afecta de manera profunda a la imagen de nuestro país en la escena internacional. La crisis entre México y Bolivia, que se aventura que finalmente se someta al Tribunal Internacional de Justicia, ha incorporado un extraño componente que nos perjudica y, con ello, se han producido todo tipo de interpretaciones respecto a cuál era el papel de España y cuáles sus intenciones al producirse lo que se ha calificado como una simple «visita de cortesía». Nuestros diplomáticos deberían ser extremadamente prudentes a la hora de tomar decisiones en un contexto de tan grave crisis política entre dos países latinoamericanos, con los que España guarda y debe conservar profundas relaciones de amistad. Nada cierto se sabe aún pero los acontecimientos de este tipo cuando tienen lugar en misiones diplomáticas o en su cercanía no solo levantan pasiones nacionales sino que, también, acrecientan la desconfianza y el malestar entre los países. La expulsión de diplomáticos bolivianos que se encontraban en Madrid es una prueba fehaciente de ello. España debe jugar siempre el papel de mediador en conflictos que se produzcan entre países de la región latinoamericana. Bolivia se encuentra en un delicado periodo político y lo único que le corresponde a España es esperar a que culmine el proceso de cambio siempre con el respeto de los parámetros democráticos. Pero, sobre todo, España debe aplicar las mejores técnicas de la diplomacia. Por ahora, es mejor que no procedamos a más «visitas de cortesía».
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