Opinión

Agricultor facha

Todo el que se oponga a las políticas «progresistas» es un facha. hasta aquí nada nuevo. Lo realmente inquietante es que también se califique así a los desfavorecidos, que en teoría deberían defender esos sindicatos cazurros que llaman «carca» a los agricultores que se manifiestan porque ya no pueden más. La izquierda habla mucho del campo pero, por lo visto, aparte de para hacer yoga y alojarse en una casa rural sin que moleste el canto del gallo, no han visto plantar un tomate en su vida, las manos del agricultor que a duras penas se permite contratar a un par de jornaleros, rezar para que no sople un viento criminal o la lluvia no se convierta en castigo divino y ruina. Pepe Álvarez, de UGT, si ha de cogerse sus palabras al pie de la letra, es un boniato si osa llamar terratenientes de la derecha a esos trabajadores que reivindican mejores precios por lo que producen y a los que les afecta, lo siento, el aumento del salario mínimo, aunque no solo. El camino al infierno está construido de buenas intenciones, leí en algún libro. Debe ser una pesadilla para sus defensores que una medida diseñada a su su cerril medida ideológica para favorecer a los más necesitados les acabe jodiendo la vida. Pero los sindicatos hace tiempo que, más que ocuparse de los currantes del siglo XXI, enredan entre los cursos de formación y enhebran palabrería de pancartas muertas en los años setenta. Cuando a Pepe Álvarez le sustituya un robot, el campo extremeño, el murciano o el andaluz se convertirán de verdad en la California de Europa. La tecnología es la gran aliada de la España vacía y de las tierras sin pan, pero este señor no se resetea. Caca de la vaca.