Opinión

Sobrevivir al naufragio

"Sobrevivir al naufragio" (Página indómita), lo último de Félix Ovejero, profesor de Economía, Ética y Ciencias Sociales en la UB, es uno de esos libros que nacen con la vitola de clásico. Esto es, modélico. Digno de imitación en tanto que encara las grandes cuestiones políticas sin apoyarse en banderías ni atender a otra cosa que no sea «la intervención racional para mejorar el estado del mundo». Al ensayista, hombre comprometido con la libertad, con el ideal de ciudadanía y la mejor herencia del socialismo democrático, le interesa el fracaso de la política contemporánea. Su frustrante incapacidad para encarar el mundo sin impostar respuestas de laboratorio. Cocinadas sin principios ni anclajes. Olvidando que «la intervención política requiere conocimiento (…) de la realidad sobre la que se interviene». Lleva muchos años en pie frente al populismo. Ha sido uno de los primeros en escribir y reflexionar sobre el mejor republicanismo, que pone en el centro del tablero las leyes elaboradas en democracia, y en advertir de que más allá resta la pura arbitrariedad del príncipe. La radioactiva basura de las horas iliberales. Sus artículos y sus libros, escritos con una prosa adictiva, brindan relampagueantes reflexiones sobre el compromiso político, las insuficiencias y virtudes de la democracia, el sentido del voto, la carga vírica inherente al nacionalismo, la posibilidad de repensar el socialismo democrático, las verdulerías sentimentales que envenenan la política, el descrédito de la razón frente los orinocos emocionales, los sesgos que nos atenazan, el cortoplacismo inherente a un simio tan contradictorio como egoísta, tan ambiguo como altruista y complejo, así como sobre las deprimentes pulsiones de la izquierda reaccionaria y los males sagrados de quienes aspiran a devolvernos a cromañón. Uno de sus rasgos distintivos sobre otros filósofos contemporáneos es que tiene un pie asentado en la ciencia. La psicología evolutiva, la teoría de juegos, la biología o las ciencias cognitivas enriquecen sus reflexiones. Alguien que insiste en desbrozar el humanismo de adiposidades al pasarle el cepillo del método científico. A Ovejero, como a los mejores escritores, le debemos cuanto escribe. Lo adoramos por su coraje cívico y sus arrolladores textos. «Sobrevivir al naufragio» es una fiesta de la inteligencia. Un mapa decisivo, y emocionante, para nadar, respirar y pensar en tiempos de huracanes.